El teatro La Abadía acoge, desde el pasado miércoles y hasta el 12 de noviembre, la obra Reina Juana, un aclamado monólogo interpretado por Concha Velasco, galardonada por segunda vez con el Premio Nacional de Teatro precisamente por este trabajo. El montaje -texto de Ernesto Caballero y dirigido por Gerardo Vera- arrancó hace un año y medio, y ha sido disfrutado ya por más de 100.000 espectadores en los mejores escenarios del país. La universalmente conocida como Juana la loca, fue la Reina Juana I de Castilla, mujer de Felipe el Hermoso e hija de Fernando el Católico. La monarca, condenada por su supuesta enajenación, estuvo casi cinco décadas recluida en Tordesillas, alejada de aquello que más quería: sus hijos. El argumento comienza con la confesión de Juana I de Castilla ante el padre Francisco de Borja la noche anterior a su muerte. A partir de ese momento, la reina va desgranando en sucesivos analepsis los momentos más importantes de su vida, mientras en su divagar invita al espectador a recorrer una buena parte de la Historia de España. Muchos fueron los que quisieron silenciar su voz -su marido, su padre y su hijo, entre otros-y esconderla en la sombra, para así, incapacitarla de sus funciones y poder conseguir sus ambiciones. En este contexto, Ernesto Caballero, autor de la obra, ha decidido realizar un giro de tuerca, dando un paso más allá para mostrar y entender a una mujer obcecada en contravenir las pautas de comportamiento convencionales de una época marcada por la intolerancia religiosa, la corrupción política y la ambición desmesurada de una monarquía absolutista. "Mi principal propósito como dramaturgo ha sido crear un personaje poliédrico, sensible y perspicaz, decidido a sobrevivir al infortunio haciéndose fuerte en los infranqueables dominios de la irrealidad y la imaginación", explica Caballero. Con todo esto, la galardonada Concha Velasco tiene la oportunidad de fundirse dentro del personaje para interpretar su primer monólogo dentro de su larga trayectoria. "Es ella con su talento, su humanidad, su complicidad con el mejor teatro, su inteligencia y su total entrega desde el primer día, la luz que ilumina las partes más oscuras y dolorosas de un personaje que parece hecho a su medida", añade el director de la obra sobre la actriz. El personaje, conocido como una loca de amor en la memoria colectiva, se presenta en esta ocasión en formato de oratorio dramático, como ejercicio de enorme rigor pero también de indiscutible lucimiento para la actriz.