"Ya de pequeño miraba un objeto y pensaba en cómo se podía embellecer", explica José Azulay, el director creativo de UNOde50, una firma española de joyería que -en aproximadamente dos décadas de vida- ha conseguido tener tiendas en las calles más exclusivas de Nueva York, París, Milán, Londres, Tokio, Los Ángeles, Roma, Madrid y Barcelona -en el emblemático edificio La Pedrera de Gaudí-, entre otras muchas ciudades. Las correas, hebillas y otras piezas sueltas de los relojes del bazar de su padre las combinaba a su antojo. "Ya tenía esa vocación de diseñador y la fui desarrollando más adelante", continúa Azulay, quien recientemente ha publicado un libro en el que cuenta su trayectoria personal y profesional. Esos juegos que narra sucedieron en Melilla, "donde había una relación perfecta entre las cuatro religiones que allí habitaban", como él mismo explica. Todo un ejemplo para los tiempos que corren... De Melilla se marchó a Madrid, y de allí a Hong Kong: "Ahí es donde se fabricaban los relojes de un precio medio bajo. Las cantidades que me pedían para hacer mis diseños eran impensables en aquel momento para mí, pues no tenía clientes ni estructura". El diseño de joyas -"donde puedo transmitir mucho mejor mis emociones", afirma Azulay- acabó por ganar el terreno a los relojes. En la década de los 90 compró la marca denominada UNOde50 y la acabó convirtiendo en lo que es hoy. Además de ser interesante para los amantes del diseño, ¿cree que su libro también puede ser últil para futuros emprendedores? El emprendedor se puede dar cuenta de que es necesaria la ilusión y la curiosidad. Cuando uno cree que un sector ya está muy desarrollado, siempre hay agujeritos para cubrir que nadie ha explorado. La vida es muy corta y el miedo hay que dejarlo de lado, siempre surgen oportunidades. Además, yo creo que todo el mundo tiene un don. En la nueva tienda neoyorquina de la firma también habrá una exposición dedicada a la historia de la marca y su trayectoria personal... Una de las dos tiendas que tenemos en Nueva York la hemos reubicado en el Soho y la inauguramos en octubre. La parte de arriba, además de hacer un recorrido histórico y repasar la evolución de UNOde50, permanecerá como galería de arte, porque yo diseño collages y otras piezas de arte. ¿Cómo cree que beneficiará esa zona más lúdica a la marca? Hay una parte emocional en la marca que hay que transmitir, la gente tiene que saber que esta firma es una marca de arte, que es española, con ADN español. Me han sugerido muchas veces fabricar fuera, para ahorrar gastos, y siempre he dicho que no. ¿Por qué esa apuesta tan fuerte por continuar fabricando en España? Más que una apuesta es una necesidad. Yo intento, con mis productos, transmitir una filosofía, unos sentimientos, una sensibilidad. Nosotros tenemos la fábrica a 10 metros de donde yo diseño, y cada pieza está hecha una a una manualmente. Entonces, si llevásemos la fabricación a China, toda esa pasión se perdería. Sería un producto mucho más frío. Al continuar con un proceso de fabricación artesanal, ¿cómo les influyen las nuevas tecnologías? Han influido sobre todo en la parte de publicidad. Cada año cambia la comunicación y las redes sociales están ahora imponiéndose. Las empresas tienen que evolucionar. ¿Los bazares de Melilla en los que pasó su infancia han influido en sus diseños? En la mente del diseñador permanecen todas sus vivencias, e influyen, las vas desarrollando y las llevas a tu mundo creativo. Por ejemplo, diseñé una colección de peces voladores, pues recuerdo que, cuando iba a pescar con mi padre y veía saltar a los peces, yo pensaba que eran peces voladores. El mundo animal me atrae muchísimo, me inspira ese instinto primario... Ahora estoy haciendo una colección que se llama El bosque encantado, conreferencias a búhos, libélulas, etc. ¿Un diseñador desconecta? También hay técnicas para desconectar... Todos los días voy al gimnasio dos horas, o juego al tenis. En el gimnasio no hay inspiración, ahí simplemente me machaco. Habla de la importancia que tienen para usted Millares Tàpies, Saura, Miró... Me encanta la pintura española, sobre todo la moderna. Los que nombras son pintores que me apasionan. También Pollock, Rothko... En definitiva, artistas que tienen una personalidad, cuya obra es inconfundible. Yo procuro que mis diseños sean únicos. La gente sabe sin ver la marca si un producto es de UNOde50.