Aunque estratégicamente tiene sentido, los expertos alertan de los peligros que conlleva para el inversor particularEl mercado se encuentra sumido en una inusual complacencia que ha llevado a la volatilidad a niveles históricamente bajos a pesar de la incertidumbre política. Los niveles a los que cotiza en la actualidad invitan a pensar que poco más podría bajar y que, lo más seguro, es que algún acontecimiento haga que repunte. Sin embargo, comprar volatilidad siguiendo solo esta lógica, avisan los expertos, no es recomendable para el invesor particular (salvo que tenga conocimientos avanzados en este mercado) porque las probabilidades de perder son elevadas. "A priori sí que tiene todo el sentido comprar volatilidad. Es un activo con un suelo claro en los niveles cercanos a los actuales y cuando el mercado se complica suele repuntar fuertemente", explica Miguel Ángel Paz, director de gestión de Unicorp. De este modo, continúa, sería "el mejor activo que descorrelacionaría una cartera de renta variable". De la misma opinión es Borja Rubio, responsable de brokeraje en España de Orey iTrade: "Tiene bastante sentido con el VIX (el indicador de referencia en Estados Unidos) cotizando por debajo de 12 y con el Vstoxx (el de Europa) por debajo de 14, como una buena alternativa no sólo para buscar un repunte de la volatilidad (corrección de los índices) sino también para cubrir las carteras de bolsa". Difícil de llevar a la práctica Sin embargo, en la práctica es muy complicado comprar esa volatilidad a través de las diferentes vías que existen, ya sea mediante opciones y derivados, ETFs o incluso a través de fondos de inversión. "Los fondos de volatilidad son los únicos que pierden dinero a 1, 3 y 5 años", asegura Fernando Luque, editor senior de Morningstar. La razón de por qué es tan complicado invertir en este activo es que "los ETF o futuros de volatilidad tienen en cuenta los rolos mensuales [esto es, a grandes rasgos, vender un futuro cuando vence y comprar el de siguiente vencimiento, que puede estar cotizando a un precio más caro o barato], y nada tiene que ver la volatilidad implícita con la real", apunta Paz. Así, continúa, "aunque el VIX o el V2X sí que tienen un rango de mínimos muy claro, no ocurre lo mismo con los productos que tratan de replicarlos. Como ejemplo, el VIX en 2013 estaba en niveles similares a los actuales y, sin embargo, existe un ETF, el ProShares VIX short Term, que ha perdido un 97 de su valor". Es por ello que en opinión de Jean Claude Felguera, asesor de Algar Global Fund, "a los productos de volatilidad no hay que dedicarles ni un solo minuto siendo inversor particular". Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión, tampoco encuentra sentido que un particular aplique esta estrategia en el momento de mercado actual, aunque reconoce tener coberturas en uno de los fondos que gestiona basadas en que no habrá caídas de más del 10 por ciento hasta diciembre "La única forma de beneficiarse de la volatilidad es operando con opciones, pero se deben realizar combinadas para eliminar riesgo de mercado y se debería realizar un seguimiento muy cercano a las posiciones, por lo que sería complicado de ejecutar para un inversor no profesional", sentencia Paz.