Este periódico adelantó la salida de CaixaBank y Sabadell y la caída del Ibex 35Ya el lunes, mientras una mayoría de medios de comunicación abordaba la deriva secesionista de la Generalitat de Carles Puigdemont desde un prisma únicamente político, este periódico advirtió de que los incidentes del 1-O en las calles de Cataluña podían impactar de forma negativa en la evolución económica española. Así lo advertían las agencias de calificación, multinacionales como Goldman Sachs... y numerosas empresas españolas, que, consultadas por elEconomista, reconocían aún en privado que la situación se tornaba complicada. Aún más: ese mismo día, este periódico publicó que estaba en riesgo la calma del mercado, algo que el paso de los días ha demostrado. Tan solo 48 horas después, el miércoles, el Ibex 35 registraba su peor caída desde el Brexit y amenazaba con una bajada aún más drástica si perforaba el soporte de los 9.800. Un día después, y pasado el eco de los disturbios acontecidos durante la celebración del referéndum ilegal, la bolsa apenas reaccionaba al desafío, si bien este periódico advertía de que la huelga que ese mismo día iba a tener lugar podía ofrecer imágenes muy negativas sobre España en el exterior. Más aún teniendo en cuenta los efectos de la difusión de las fotografías del 1 de octubre, con las Fuerzas de Seguridad del Estado interviniendo en los colegios, en ocasiones con la fuerza como método, para retirar las urnas. Termómetro empresarial Al día siguiente, el miércoles, y tras la jornada de paro de país y enconamiento del conflicto, elEconomista se hizo eco del temor empresarial a que Carles Puigdemont y sus socios del Govern perdieran el control por completo de la situación, se vieran incapaces de frenar disturbios en la calle u optaran por una Declaración Unilateral de Independencia (DUI) en base a los resultados de un referéndum de nula validez. El Instituto de la Empresa Familiar, compañías catalanas como el Grupo Puig o Tous, Delaviuda, el presidente de Mercadona, Juan Roig... y un sinfín de protagonistas de la actualidad económica expresaron su enorme preocupación por el recrudecimiento del pulso de la Generalitat y el Estado. De alguna forma ellos, en primera persona, anticiparon que podía producirse una fuga de empresas desde Cataluña a otros lugares de España, como el día anterior, por cierto, había sucedido con la cotizada Oryzon. Mientras, el Gobierno expresaba su enorme preocupación por el turismo, especialmente en Cataluña, afectada este año además por la turismofobia y golpeada por un brutal atentado yihadista en plena Rambla barcelonesa. El jueves, elEconomista ya dejó claro en su portada que otros dos invitados iban a pasar a protagonizar la máxima actualidad del conflicto. CaixaBank y Sabadell, los dos grandes bancos españoles ubicados en Catañuña, preparaban el terreno para anunciar el cambio de domicilio social. Las horas nos dieron la razon, con Sabadell informando de su inminente traslado a Alicante; y CaixaBank optando por la ciudad de Valencia. Mientras, las páginas interiores daban buena cuenta de la caída del Ibex 35 y del riesgo de pánico en los mercados en caso de independencia sin pactar. Un hecho mitigado después por los anuncios de los traslados de las sedes de numerosas compañías de Cataluña.