La entidad aprovecha un cambio normativo aprobado ayer por el GobiernoTal y como se preveía CaixaBank siguió ayer los pasos del Sabadell y anunció la decisión de trasladar su sede desde la avenida Diagonal de Barcelona hasta la calle Pintor Sorolla de Valencia. El consejo de administración, en sesión extraordinaria y "con el objetivo de salvaguardar la seguridad jurídica y regulatoria" aprobó por unanimidad el cambio que supone abandonar el domicilio de Barcelona por primera vez en 113 años de historia. La entidad explicó ayer en un comunicado lo que ya anticipó en una nota interna el martes, que la decisión se toma para proteger los intereses de clientes, accionistas y empleados, "garantizando en todo momento la permanencia de la entidad en la zona euro, bajo la supervisión del BCE". En una hipotética Cataluña independiente, los bancos radicados en la recién creada república quedarían fuera del paraguas de financiación del BCE y los depósitos no contarían con la protección del Fondo de Garantía. Según señalan fuentes financieras, desde la escalada de inestabilidad social en Cataluña las redes de oficinas de las dos principales entidades catalanas sufrieron retirada de depósitos, si bien poco significativas, y sus trabajadores debieron emplearse a fondo para explicar a los clientes que no existe riesgo alguno para sus depósitos. La entidad, al igual que Sabadell también había sentido la presión de los inversores, ya que llegó a perder casi 2.000 millones de capitalización en las tres sesiones bursátiles posteriores al 1-O. El jueves, tras conocerse los planes del Sabadell y descontarse una medida similar en CaixaBank, rozó un alza del 5 por ciento, mientras Sabadell se anotó un 6,16 por ciento. Ayer, ambas entidades cerraron con caídas del 1,8 y 1,7 por ciento. La salida de CaixaBank se podrá realizar de forma rápida gracias al decreto aprobado ayer por el Gobierno, que posibilita que no sea necesaria la aprobación de la junta de accionistas para el cambio de sede. Los estatutos de la entidad no se habían adaptado a la Ley de Sociedades de Capital, por lo que hubiera necesitado convocar la asamblea de socios, un proceso que podría haberse prolongado más de un mes. La entidad que preside Jordi Gual explicó ayer que a la vista de la nueva modificación de esta ley, cuando el decreto se publique en el BOE el consejo se volverá a reunir para "adoptar definitivamente los acuerdos oportunos". Previsiblemente esta segunda reunión tendrá lugar hoy, sábado. La nueva sede de CaixaBank, un edificio de estilo modernista, es la que ocupó en su día Banco de Valencia. Esta entidad fue adjudicada por un euro al banco catalán en 2012 después de haber sido intervenida por el Frob tras negarse el grupo Bankia a recapitalizar la entidad financiera. El cambio de domicilio supone garantizar que CaixaBank seguirá siendo española en cualquier escenario pero no tiene efectos operativos. Según señaló, usando palabras muy simliares a las empleadas por Banco Sabadell un día antes "el traslado de domicilio social no comporta movimiento de empleados, por cuanto la entidad cuenta con sedes corporativas y operativas en diversas ciudades de España". Tanto CaixaBank como Sabadell han evitado situar en Madrid su nueva sede, una circunstancia con la que se quiere quitar hierro a la salida de Cataluña. En el caso de la entidad que preside Jordi Gual, se esperaba que la ciudad elegida fuera Palma de Mallorca, por estar también en el origen de La Caixa. Sin embargo, se traslada a la Comunidad Valenciana, al igual que Sabadell, que se instalará en Alicante. CaixaBank es la primera entidad financiera en el mercado nacional y Sabadell, la quinta. Entre los dos cuentan con más de 26 millones de clientes en España y unos 58.000 empleados. El traslado de sede, una decisión muy dolorosa para los consejos de las dos entidades que desde sus orígenes estuvieron siempre ligadas a Cataluña, debería servir para estabilizar la salida de depósitos, una vez despejada cualquier incertidumbre, y mejorar la percepción del mercado.