Apunta a que en su etapa de ministro influyó al nombrar a los altos cargosEl caso Rato da un nuevo giro y vuelve a tener sobre la mesa el presunto delito de blanqueo de capitales. La Audiencia Provincial de Madrid ha pedido al juez del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid que reabra la pieza de blanqueo tras archivarla el pasado mes de mayo e investigue a dónde fue a parar el dinero que el exbanquero facturó a las empresas que el Estado privatizó mientras él era ministro de Economía. La Guardia Civil señala en su atestado que el exvicepresidente del Gobierno influyó en el nombramiento de los presidentes de estas sociedades privatizadas y después, cobró comisiones. El modus operandi se calcó en todos los casos. El exministro llegaba a acuerdos publicitarios con las firmas privatizadas a las que facturaba a través de alguna de sus empresas "precios excesivos que encubrirían comisiones". Entre las tres firmas que usó Rato, destaca Cor Comunicación, la que más dinero recibió. Según la Guardia Civil, "se establece una conexión entre el nacimiento de Cor Comunicación y la privatización de las empresas como si aquella hubiera sido creada con la única finalidad de lucrarse mediante el cobro de comisiones o sobreprecios". Respecto a estos sobreprecios, llama la atención el caso de Endesa, firma a la que Rato facturó una determinada cantidad por gestionarle la publicidad en una radio y a la emisora, según la Guardia Civil, sólo llegó el 22,5 por ciento de lo pagado por la eléctrica. En total, las empresas de Rato cobraron entre 2000 y 2014 un total de 80,3 millones por este tipo de contratos. La Audiencia Provincial de Madrid considera que hay que investigar cómo Rato diluyó el dinero facturado entre la maraña de sociedades que tenía, muchas puestas a nombres de testaferros y familiares, para ocultar el origen de los fondos y el verdadero beneficiario de los mismos. Además, los jueces también señalan que parte de este dinero se remitió a dos empresas que el exvicepresidente del Gobierno tenía en el extranjero: Westcastle y Red Rose, la primera ubicada en Panamá aunque domiciliada en Suiza, y la segunda creada en Irlanda, pero posteriormente, traspasada a Panamá. Entre estas dos firmas, Rato movió hasta 8 millones de euros. El auto llama la atención, además, en que el exbanquero colocó a una de sus sobrinas en Aldeasa, una de las firmas privatizadas, y testigos de la empresa han declarado que ésta "no estaba preparada" para el cargo. Finalmente, la Audiencia destaca que Rato facturó 2,19 millones a Paradores, una firma que aún hoy tiene el 100 por cien de capital público y, por tanto, se estaría ante un presunto caso de malversación.