El selectivo español logró la segunda mayor subida del año, capitaneado por Sabadell y CaixaBankLa huida empresarial catalana hacia otras regiones funcionó ayer como un catalizador para la bolsa española, que se quedó a menos de medio punto porcentual de borrar las pérdidas del miércoles, cuando se desplomó un 2,85 por ciento -la mayor caída desde el Brexit-. Los anuncios de que Sabadell trasladará su domicilio social a Alicante -ver página 14-, y la posibilidad de que CaixaBank mueva la suya a las Islas Baleares son las principales razones que llevaron al Ibex 35 a alejarse un 4 por ciento del soporte crítico, los 9.800 puntos. Además, los rumores de división entre las fuerzas soberanistas para declarar la independencia unilateral, según Bloomberg, y la suspensión del pleno del Parlament del próximo lunes por parte del Tribunal Constitucional, provocaron una fuerte subida en el parqué. Los inversores negociaron 2.798 millones de euros en la segunda mayor subida del año. El Ibex 35 se repuso del varapalo del miércoles y rebotó un 2,51 por ciento, hasta los 10.214,70 puntos, una revalorización que ahuyenta por el momento los fantasmas del soporte crítico. El camino del selectivo español discurre, por tanto, por una franja perfectamente delimitada por el suelo de los 9.800 enteros -la base del Canal de Macron-y la resistencia de los 10.400 puntos, "que es la que debe superarse si queremos seguir confiando en un contexto potencialmente alcista en próximas semanas y meses", explican desde Ecotrader. "A corto plazo no habrá cambios analíticos ni nada que invite a operar en el mercado español mientras el Ibex no resuelva el debate que alcistas y bajistas protagonizan entre el soporte crítico de los 9.800-9.930 y la resistencia clave de los 10.410 puntos. En este sentido, consideramos que es muy arriesgado entrar en este baile mientras no se resuelva este debate", concluyen los analistas. El resto de índices del Viejo Continente también cerró con ganancias, a excepción del Dax, que frenó su ataque a máximos y retrocedió un 0,02 por ciento. El diferencial abierto entre España y Europa desde junio se mantiene en casi 8 puntos porcentuales (ver gráfico). Sin embargo, la brecha abierta con la bolsa italiana, -la más alcista en el año- se redujo ayer 2 puntos porcentuales, y se sitúa ahora en 14 puntos porcentuales. El rebote de ayer estuvo liderado por la banca catalana y los pesos pesados del selectivo. Sabadell ganó un 6,16 por ciento, hasta los 1,689 euros por acción, y CaixaBank avanzó un 4,93 por ciento. Ferrovial, Acciona, ACS e Iberdrola también se anotaron ganancias superiores al 3 por ciento. Los únicos que cerraron en rojo fueron IAG, que cedió un 0,69 por ciento, y Meliá, que perdió un 0,54 por ciento. La volatilidad marca el rumbo No hay garantías de que el repunte de ayer no se trate de un rebote puntual tras la caída del miércoles y que abra la puerta a más pérdidas. "Creo que es la volatilidad propia de la situación actual, con unos mercados que se mueven a golpe de noticia política", explica Natalia Aguirre, analista de Renta 4. En esta línea se manifiesta Virginia Pérez, responsable de renta variable de Tressis: "La volatilidad va a continuar en el corto plazo, a medio plazo volverán a coger peso los fundamentales, que en España son buenos, siempre y cuando la situación actual de incertidumbre se vaya disolviendo y además, no se extienda demasiado en el tiempo, pues podrían verse afectadas las perspectivas económicas". "La incertidumbre se ha apoderado de los mercados, siendo complicado saber qué podría pasar en las siguientes sesiones. El lunes vimos caídas moderadas en el selectivo, se mantuvo plano el martes, el miércoles el castigo fue el mayor desde el Brexit y ahora vemos repuntes en el Ibex sin que se haya disipado ninguna de las preocupaciones que parecían ocupar las cabezas de los inversores. Buen ejemplo es el del Sabadell, que ha pasado de forma abrupta de las ventas a las compras. En este contexto, las predicciones se antojan complejas y dependerán en gran medida de cómo vaya afrontándose la crisis desde el punto de vista político", opina Victoria Torre, de Self Bank.