Timmermans avala el uso proporcionado de la acción policial por los EstadosDebatir sobre el Estado de Derecho y las libertades animó el espíritu de comisarios y eurodiputados hasta tal punto que ayer, en el debate sobre Cataluña, se vivieron algunas de las mejores intervenciones escuchadas en el pleno del Parlamento Europeo en mucho tiempo. El debate fue breve -solo participaron los jefes de los ocho grupos de la cámara- además de la Comisión Europea y el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani. Pero los mensajes llegaron con contundencia. El encargado de marcar el tono fue el vicepresidente primero de la Comisión, Frans Timmermans. Conocido por su oratoria ya desde su época de ministro de Exteriores de Holanda, el socialista hiló una intervención en la que fijó la posición legalista del Ejecutivo comunitario. "El respeto al Estado de Derecho es fundamental", subrayó en varias ocasiones. Y dejó claro que lo que no se puede hacer es ignorar la ley, como hizo Cataluña. Acomodó las quejas de aquellos que criticaron la brutalidad policial del domingo, volviendo a repetir que la violencia "nunca es la respuesta, nunca es la solución". Pero añadió que en algunos casos, los Estados deben recurrir a su uso "proporcionado" para garantizar que la ley se respeta. Este fue su pilar, porque insistió en que es el Estado de Derecho el que "protege al débil frente al poderoso". Y si también se hizo eco de los esfuerzos por enmarcar el referéndum como una muestra de libertad de expresión, recordó que todas las opiniones deben ser respetadas, y algunas no tienen más valor "sólo porque se expresan más alto", en referencia a los independentistas. Timmermans concluyó con una petición para pasar de la "confrontación al diálogo", un mensaje que con diferentes matices también lanzaron el resto de grupos. Eso sí, algunos se centraron sobre todo en la violenta respuesta policial, como hizo la jefa de los Verdes, Ska Keller, o en dar palos a la UE por no haber tirado de las orejas al Gobierno español por la respuesta, como comentó el jefe del grupo más conservador, Ryszard, Antoni Legutko. Si Timmermans fue el que marcó las coordenadas del debate, el líder de los liberales, Guy Verhofstadt aportó la altura política. El belga, que capitanea el grupo del que forma parte el PDeCat de Carles Puigdemont, y acostumbrado a las tensiones nacionalistas en su país, se vistió la coraza de caballero andante de España para defenderla con sinceridad ("nadie necesita dar ninguna lección de democracia a España"). Advirtió a los independentistas de que su aventura provocará una "fractura fatal" que será "imposible de curar". Invitó a los cata- lanes a que tomen ejemplo de los vascos, "prósperos y autónomos", y de su mérito superando el terrorismo. Y remató avisando que el futuro de Cataluña, de su Flandes natal, y de las naciones europeas, reside "no en la separación brutal, sino en la cooperación, dentro de estructuras federales en una Europa federal".