Las cadenas de restaurantes viven con preocupación estos días el plan de desescalada anunciado por el Gobierno, que implicará limitaciones de aforo, poniendo en peligro su rentabilidad. Paula Nevado, secretaria general de la asociación Marcas de Restauración, que engloba a las principales compañías del país, pide al Gobierno que escuche al sector y rectifique y, al igual que ha hecho con otros sectores, y establezca las distancias de seguridad adecuadas. Todo ello, además, de demandar también también una respuesta a la prolongación de los Ertes (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo), los alquileres y la liquidez de las compañías. ¿Qué valoración hace del plan de desescalada?El croquis que se está dibjuando es muy complejo. Entendemos que es positivo que se hable de la desescalada y que incluso psicológicamente es bueno. Lo que no entendemos es que el viernes 24 se nos citara en la Secretaría de Estado de Turismo a las patronales, los sindicatos y las autonomías para trabajar en la vuelta a la actividad y que el martes nos encontraramos con la presentación de un plan en el que no se atendían nuestras peticiones. Nos parecía algo precipitado y, desde luego, no es sostenible. La limitación del aforo no es la solución y va a provocar la asfixia del sector. Lo que hay que hacer es establecer distancias de seguridad y contar con todos los equipos de protección necesarios. Es positivo que se hayan ampliado los aforos del 30% al 50%, pero sigue sin ser la solución.¿Van a abrir las grandes cadenas?Las grandes empresas tienen más músculo que los autónomos o las pymes, y además hay un aprendizaje de la crisis de 2008. Todo el mundo trabaja ahora en la prestación del servicio take-away, pero está claro que este plan es una ruina para el sector. Con los aforos limitados, la rentabilidad es muy baja. Y si hay que cambiar la causa de los Ertes por causa de fuerza mayor, se va a producir otra vez un colapso en el Sepe. Las restricciones, unidas a la desconfianza de los consumidores, va a provocar que la recuperación sea muy lenta. Hay muchos franquiciados que no van a poder continuar en estas condiciones y que tendrán que cerrar, aunque luego se abran otros locales más adelante.¿Cuántos cierres cree que habrá?Lo que estimó Hostelería de España inicialmente es que un 15% de los locales cerrará, lo que supone unos 40.000. Pero coincidimos con ellos también en que la situación se está agravando y que esa cifra se va a quedar corta.¿Cuales son sus principales reivindicaciones al Gobierno?Lo primero que hay que solucionar es la prolongación de los Ertes por causa de fuerza mayor para poder ajustar las plantillas. Además, hay un problema muy importante con el pago de los alquileres, que todavía no se ha resuelto. Y, finalmente, se está produciendo un problema de liquidez, que también hay que solucionar. La desescalada debe tener en cuenta todos estos aspectos y contribuir también a generar confianza entre los consumidores.¿Qué previsiones tienen de caída de las ventas?Lo que está claro es que la situación actual es insostenible y que todas las empresas se han visto obligadas a revisar sus planes de negocio. Hay cadenas que estiman perder el 50% de sus ingresos, pero hay casos donde se reducirá la facturación a un 25% de lo presupuestado. El Gobierno tiene que escucharnos. El presidente ha dicho que no va a dejar atrás a nadie y es importante que no deje atrás a la restauración.¿Le preocupa el cierre de fronteras previsto hasta octubre?Bueno, hay que ver también si el resto de los países va a dejar a los ciudadanos salir y viajar. Lo que está claro es que tenemos que trabajar para ser un destino seguro y confiable, a todos nos va la vida en ello. Las turistas que vengan tienen que viajar con tranquilidad y seguridad.