Decepcionó al no comprar más clases y cantidad de bonos, pero no lo descartaAyer tuvo lugar otra prueba de fuego para Christine Lagarde como presidenta del Banco Central Europeo (BCE), al tener que enfrentarse otra vez a la prensa y a las reacciones de los mercados en la segunda reunión oficial del organismo desde que empezó la crisis del coronavirus. Aunque el organismo ha tomado medidas extraordinarias en las últimas semanas de forma urgente, al margen de las fechas marcadas en el calendario, las reuniones oficiales son harina de otro costal para el BCE, ya que tienen las expectativas de los mercados muy presentes, siempre a la espera de lo que puedan hacer y decir.Lagarde parecía tener el guión más claro que en el encuentro de principios de marzo, cuando pegó un susto a los inversores al declarar que "el BCE no está aquí para reducir los diferenciales de riesgo", algo que, técnicamente, es así, pero que desembocó en un tensionamiento de las primas de riesgo de los países periféricos que cualquier presidente del BCE querría evitar. En la reunión de ayer Lagarde quiso redimirse de ese error de comunicación y zanjar esta cuestión que ha supuesto duras críticas contra ella con un mensaje contundente: "Ya lo he dicho, pero lo repetiré las veces que haga falta: el BCE no va a aceptar un endurecimiento de las condiciones financieras en los distintos países, ni una fragmentación en la transmisión de nuestras políticas".Las nuevas medidasAl margen de la necesidad de resolver este asunto delicado, la reunión estuvo marcada por el anuncio de las nuevas medidas que ha decidido adoptar el BCE para apoyar a la economía de la zona euro en este momento crítico. La expectativa apuntaba a que, ante el cariz que están tomando los acontecimientos y el deterioro de la actividad económica que está produciéndose en la Unión, el organismo se vería obligado a anunciar esta semana un incremento en la cantidad de las compras de deuda, y quizá también de las clases de bonos que el BCE compra con su programa de emergencia (PEPP, por sus siglas en inglés). Los economistas encuestados por Bloomberg apuntaban a que la inyección de nuevos estímulos alcanzaría los 500.000 millones de euros (el tamaño inicial del programa es de 750.000 millones), y también había surgido la especulación de que Lagarde y sus compañeros del BCE se están planteando empezar a comprar algunos bonos sin calificación de grado de inversión (bonos basura) y bonos del sector bancario algo que hasta ahora no hacen. Esto, sin embargo, tendrá que esperar. Desde DWS explican cómo "actualmente no se está debatiendo una ampliación del programa", pero asumen "que esto ocurrirá tarde o temprano".Sin embargo, la entidad ha dejado para más adelante cualquier cambio de este tipo y ha optado por enfocarse en otra cuestión importante, preservar la buena salud del sector bancario, clave, y más en momentos de crisis como el que se avecina, para que la economía tenga dinamismo y no haya problemas de liquidez, que tantos problemas generaron en la crisis de 2008.Para ayudar al sector financiero el BCE ha optado por mejorar aún más las condiciones de los préstamos que da a la banca. En las operaciones de refinanciación que ya están teniendo lugar (Tltro III), el BCE ha aumentado la retribución que le da a aquellas entidades que más préstamos den a la economía real, pasando de un tipo del 0,75%, hasta el 1% (este tipo no es fijo, sino que varía en función de cuánto dinero se canalice).También, se anunció un nuevo programa de refinanciación, llamado Peltro (Pandemic Emergency Longer Term Refinancing Operations), que consistirá en 5 rondas de inyecciones que se llevarán a cabo entre mayo y septiembre de 2021. Estas operaciones tendrán condiciones distintas que las Tltro: se harán a un tipo fijo con el que se retribuirá un 0,25% a los bancos que las perciban, independientemente de cuánto dinero canalicen. Si van a la ventanilla del BCE y son aptos para recibir el dinero, se les dará directamente a ese tipo.No hay que olvidar que la banca es el canal que utiliza el BCE para mover el dinero en la zona euro y es necesario que se mantenga a flote para que la financiación que lanza el organismo llegue a las familias y a las empresas de la región. Lagarde mostró cierta preocupación por el flujo de crédito que se está dando, especialmente a las familias, al indicar cómo "los estándares de crédito se han endurecido ligeramente para las empresas, y bastante más para las familias", pero tiene confianza en que "los Tltro apoyen el incremento de la financiación", indicando que "las nuevas medidas adoptadas se han diseñado pensando en mejorar las condiciones para la banca", que está sufriendo el impacto de los bajos tipos de interés durante la última década.Los bonos periféricosDurante la jornada los bonos perifericos de la eurozona interpretaron con optimismo la comparecencia de Lagarde, con subidas de precio que en el bono español llegaron a dejar la rentabilidad en el 0,7%, frente al casi 0,8% en el que cerraron ayer. Los títulos italianos fueron los que peor parados salieron, ya que terminaron el día corrigiendo la subida de precio que tuvo lugar durante la comparecencia de Lagarde, y terminaron con un incremento de rentabilidad de 1 punto básico, hasta el 1,76%.