La pandemia del coronavirus dejó su primera huella en la mayor economía del mundo en los tres primeros meses del año. El Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo en el primer trimestre un 4,8%, la primera vez que esto ocurre desde los tres primeros meses de 2014, periodo en que la actividad del país registró un crecimiento negativo del 1,1%. La contracción fue, además, la mayor desde el cuarto trimestre de 2008, cuando la actividad registró un crecimiento negativo del 8,4%"Si bien la contracción del primer trimestre fue mayor de lo que esperábamos, no es particularmente sorprendente dada la descomunal e incierta reducción de la actividad en marzo", reconoce Veronica Clark, economista de Citi, haciendo referencia a las previsiones que estimaban una caída del 4%. En esta línea, Clark recuerda que la debacle sufrida por la actividad económica será mucho más significativa en el segundo trimestre, cuando se proyecta una contracción del 27,7%. "La actividad aumentó moderadamente durante la mayor parte del primer trimestre, pero el cierre de negocios en marzo como resultado del Covid-19 impactó abrumadoramente el crecimiento del primer trimestre, especialmente el consumo y la inversión". La contracción del PIB entre los meses de enero a marzo dejó notar las contribuciones negativas de los gastos de consumo personal (PCE), la inversión fija no residencial, las exportaciones y la inversión en inventario privado que se compensaron en parte por las contribuciones positivas de la inversión fija residencial, el gasto de los gobiernos federales, estatales y locales. El índice de precios sobre el gasto de consumo personal (PCE) aumentó un 1,3%. Aún así, la propia Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio, encargada de elaborar el informe, señaló en una nota que la lectura inicial probablemente es inexacta, dado que los efectos de la pandemia no se ha cuantificado plenamente.Ellen Zentner, economista de Morgan Stanley, destaca que tras el dato inicial de los tres primeros meses del año, la contracción en segundo trimestre será del 38%. Las infecciones del coronavirus a este lado del Atlántico sobrepasan ya el millón mientras los efectos de las múltiples órdenes de confinamiento instauradas por los distintos estados del país llegaron a frenar hasta el 95% del PIB entre mediados de marzo y mediados de abril. Aún así muchos estados ya anunciaron o, en algunos casos, comenzaron a reactivar sus economías, como es el caso de del sudeste del país. El noreste cuenta con un calendario de reinicio algo más largo, aunque se espera que sectores como la construcción en áreas menos densas del estado de Nueva York comiencen a operar a partir del 15 de mayo. El Gobernador de California, Gavin Newsom, declaró esta semana que la Fase 2, que permite la reapertura de negocios no esenciales como las manufacturas, la construcción y el comercio minorista, comenzaría en "semanas", pero variará según Condados.Destrucción de empleoLa parálisis económica orquestada para frenar el avance de la pandemia provocó que el número de personas que se acogen a los subsidios por desempleo se disparen, con más de 26 millones de estadounidenses buscando algún tipo ayuda estatal y federal. De hecho, en tan solo cinco semanas, la economía de EEUU destruyó todo el empleo generado desde que comenzase la recuperación tras la Gran Recesión provocada por la Crisis Financiera.Para paliar esta situación, la administración Trump junto a los legisladores republicanos y demócratas en el Capitolio aprobaron hasta la fecha estímulos fiscales que superan ya los 3 billones de dólares, incluyendo pagos directos a los ciudadanos así como un fondo de ayudas a pymes que ha recibido 670.000 millones de dólares. Ahora se espera que, la próxima semana, congresistas y senadores sigan ahondando en sus conversaciones para orquestar una próxima fase de ayudas, que podrían oscilar entre los 500.000 y el billón de dólares más.