El beneficio de Naturgy durante el primer trimestre se quedó en 199 millones, un 41,6% menos que en el mismo período de 2019, por el hundimiento de las materias primas, la depreciación de las divisas latinoamericanas, la bajada de la demanda o la reducción de ingresos regulados. La firma avisa de que el próximo trimestre será peor, por el impacto del coronavirus, y suspende sus previsiones para el conjunto del año: "No es posible ni prudente facilitar unas guías para el ejercicio". No obstante, toma medidas contra la coyuntura. Ante la dura situación, el presidente Francisco Reynés insistió a los analistas que su Plan Estratégico 2018-2022 se va a respetar. Aseveró rotundo que "no hay razón para cuestionarse nuestra política de dividendos", que establece un crecimiento mínimo del 5% anual y pagar 1,59 euros por título al final del período; conforme a ella, este 2020 abonará 1,37 euros.Sin embargo, Reynés también explicó que otros elementos del Plan se suspenden y revisan temporalmente, entre los que figura el programa de recompra de acciones de 2.000 millones durante todo el período, al objeto de aumentar la rentabilidad del accionista. Tras cerrar una primera fase de 400 millones, congela la segunda, por la misma cantidad, en los 298 millones. Igualmente revisa las reglas y criterios –denominados golden rules– de su política de rotación de activos y desinversiones en mercados no estratégicos, con el objetivo de maximizar el valor de las operaciones y minimizar los riesgos. Otras métricas facilitadas por el Plan, como el volumen de inversión, el nivel de los costes operativos o el flujo de caja, se mantienen, a la espera de ver qué elementos coyunturales provocados por el Covid-19 se convierten en estructurales.Renegocia contratos de gasUna parte importante de la solución de los problemas empieza por renegociar los contratos de aprovisionamiento de gas a largo plazo, que ascendían a 59.045 millones a cierre de 2019, con precios muy elevados tras el derrumbe de las cotizaciones del crudo y del gas.Las negociaciones ya han comenzado y la compañía no descarta acudir a arbitrajes internacionales si no consigue alcanzar acuerdos satisfactorios con sus proveedores. Las negociaciones se prolongarán durante este año y el siguiente, pero espera tener unos primeros resultados este verano, a raíz de que procede acometer una de las revisiones periódicas establecidas.Otra de las prioridades será mantener una liquidez elevada y una posición de balance flexible. Para ello, recientemente ha cerrado con éxito una emisión de bonos a cinco años por importe de 1.000 millones a tipo fijo, con un cupón anual de 1,25%. Al acabar el trimestre cuenta con una liquidez de casi 9.600 millones y una deuda de 15.010 millones, con una relación deuda neta/ebitda de 3,4x en comparación con 3,3x a cierre de 2019. Resultados ordinariosA pesar del mal escenario, el ebitda ordinario del primer trimestre se situó en 1.102 millones, un 5,6% menos, y el beneficio neto ordinario fue de 305 millones, un 19,1% menos, sin contar en ambos casos los costes de reestructuración, que ascendieron a 158 millones.Las inversiones fueron de 201 millones. El 55% del total, 111 millones, recalaron en el crecimiento, incluyendo proyectos renovables en España, Australia y Chile.