Sigue las tesis de la órbita de JxCat y el activismo radicalEl presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, ha protagonizado el último ejemplo del discurso soberanista que, con la pandemia del Covid-19, ha pasado del España nos roba a España nos mata. Canadell es abiertamente independentista, pero sus afirmaciones en las redes sociales sobre que "España es paro y muerte, y Catalunya vida y futuro" tienen el condicionante de que no es un político o expolítico o un activista independentista quien las firma, sino el representante de una entidad empresarial pública.Lo afirmaba por la diferencia de dos semanas entre la petición de confinamiento total por parte del presidente de la Generalitat, Quim Torra, y la decisión estatal: "Hacer caso a @QuimTorraiPla hubiera supuesto parecernos a Grecia, una centena parte de contagios y muerte. Cataluña independiente hubiera salvado miles de vidas", sostenía, y ratificó sus palabras en tuits posteriores para "evitar malinterpretaciones" y lamentando que sus palabras se pudiesen interpretar "ofensivamente".Según su parecer, es "innegable" que mientras Torra insistió en el confinamiento total el 13 de marzo, el Gobierno central no lo ordenó hasta el 30 de marzo, y que eso "puede haber supuesto multiplicar por cien los contagios" y por tanto ha provocado más muertes. "El Estado no lo hizo bien, y lo debería reconocer y hay que recordarlo". Respecto al paro en España, repasó que "todas las previsiones (incluido FMI) apuntan a que superará el 20% debido a la mala gestión de la crisis del Covid", obviando que Torra también ha augurado un desempleo superior al 20% en Cataluña este año por la pandemia.Las palabras de Canadell siguen las tesis defendidas desde la órbita de JxCat y el independentismo radical sobre el confinamiento total, como dejó claro a principios de semana la portavoz del Govern, Meritxell Budó, afirmando que en una Cataluña independiente no habría habido tantos muertos ni infectados, porque habría iniciado antes el confinamiento.Canadell también criticó la semana pasada el envío estatal de 1.714.000 mascarillas a Cataluña, replicando el argumento del consejero catalán de Interior, Miquel Buch, y de Budó, argumentando que en política no existen las casualidades y esa cifra coincide con la caída de Barcelona en la Guerra de Sucesión, símbolo para el soberanismo. Dicha interpretación despertó críticas incluso desde ERC.Pero fue Torra el que dio el pistoletazo de salida al argumentario del Estado nos mata, al retuitear a principios de febrero un informe que así lo defendía, y del que el presidente catalán destacaba que "sin independencia no es posible una sanidad bien financiada".