La epidemia de coronavirus en el Norte de Italia tiene dos caras: la de Lombardía, con 12.000 fallecidos, y la de Véneto, con poco mas de 1.000 muertos. Las dos regiones tienen mucho en común: locomotoras económicas del país producen juntas un 30% del PIB transalpino y han aceptado con recelo la ralentización de la actividad industrial. Ambas regiones están gobernadas por la Liga, partido derechista que nació hace más 30 años para reivindicar una mayor autonomía territorial; ambas regiones tienen una alta densidad de población (con 10 millones de habitantes en Lombardía y cinco en Véneto) y sufren niveles elevados de contaminación medioambiental.Trabajo de previsiónEl 21 de febrero las autoridades sanitarias italianas anuncian el descubrimiento de dos focos de contagio: uno en Codogno (Lombardía) otro en Vo Euganeo (Véneto). Es en este momento cuando las dos regiones empiezan a preparar las medidas para contener el contagio, con una diferencia: Véneto no se conforma con seguir las directrices de la Organizacion Mundial de la Salud (OMS), sino que experimenta en el foco de contagio de Vo Euganeo una estrategia basada en pruebas masivas para detectar a los contagiados. "Hay que tener listos equipos de respuesta rápida. Si hay un brote tenemos que pararlo muy rápidamente como hicimos en Vo. Esto significa ofrecer pruebas diagnósticas a toda la población", asegura Andrea Crisanti, profesor de microbiología en la Universidad de Padua e ideador de esta estrategia. "Al comienzo las directrices de la OMS eran equivocadas y prescribían pruebas solo para las personas que presentaban síntomas y procedían de China o habían tenido contactos con una persona enferma". El estudio sobre el pequeño pueblo de Vo indica que más del 50% de los contagiados no tiene síntomas o presenta síntomas muy leves y por esto difunden el contagio rápidamente sin ser conscientes de ello.Gracias a la sugerencia de Crisanti, Véneto empezó a prepararse a finales de enero, cuando oficialmente el coronavirus todavía no había llegado a Europa. El Gobierno regional compró con antelación los reactivos químicos y las maquinarias para las pruebas. El resultado es que a finales de marzo el laboratorio de Padua, liderado por Crisanti, podía analizar 9.000 pruebas al día, lo mismo que todo el sistema sanitario de Lombardía. Pruebas masivasEl de Véneto se impone ahora como un modelo para la desescalada en Italia, y el espejo donde mirarse para el resto de países del entorno comunitario. Las pruebas masivas y la intervención rápida para contener los focos de contagio son condiciones esenciales para reducir el riesgo en la llamada fase 2 de la emergencia: "De momento falta un elemento crucial para evaluar el riesgo: se trata del número real de casos. Protección civil comunica el número de personas diagnosticadas, pero hay miles de pacientes que no se han sometido a pruebas, porque no han acudido al hospital. A esto se debe la diferencia entre la tasa de mortalidad entre Lombardía, más del 14% y la Véneto, un 3,5%. En Véneto hicimos test a todas las personas". "En Lombardía solo se ve la punta del iceberg", dijo Crisanti, añadiendo que "esta estrategia funciona donde hay un sistema de consultas a nivel territorial y los médicos pueden hacer el seguimiento de la población. En Lombardía este sistema fue desmantelado". El modelo sanitario de Lombardía, fundando en la construcción de grandes centros hospitalarios de excelencia y en una fuerte presencia del sector privado se consideraba, antes de la epidemia, un caso de éxito. Sin embargo, el desplazamiento de recursos de la red territorial a los grandes centros especializados se ha convertido en un problema a la hora de luchar contra el virus. Véneto, a pesar de tener la misma orientación política que Lombardía (las dos regiones siempre han sido bastiones del centroderecha), ha decidido mantener una amplia red de consultas territoriales.Ahora su modelo de desescalada de las restricciones de movilidad y distanciamiento social podría ser la referencia para el regreso a la normalidad del país transalpino. La asignatura pendiente para el resto de Italia es sin embargo asegurarse el material de diagnóstico y reorganizar el sistema sanitario. "En nuestro país burocracia y mala gestión han tenido un papel fundamental. El 25 de febrero ya teníamos los datos de Vo Euganeo, que demostraban la importancia de las personas afectadas asintomáticas, pero esta importante señal de alarma fue ignorada", dijo Crisanti acera del modelo adoptado en su región.