Sindicatos y patronales buscan un acuerdo previo para negociar con el GobiernoGobierno y agentes sociales están negociando, dentro de la fase de la desescalada, qué hacer con el medio millón de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (Erte) y los más de cuatro millones de trabajadores afectados. Todos los expedientes que se han aprobado por el Covid-19 tienen como fecha de caducidad el final del estado de alarma. Pero la realidad económica y sanitaria dicta que no todos los trabajadores y sectores podrán reiniciar su actividad, aunque se levante el actual estado de alarma.El pasado viernes, el Ministerio de Trabajo mantuvo una reunión con los agentes sociales para ver cómo afrontar la renovación de los Ertes y algunas ideas parecen claras. En primer lugar, no todos los que han sido aprobados hasta la fecha serán renovados; al menos, no amparados en causa de fuerza mayor. La segunda idea, tan bien bastante clara, es que aunque ya no puedan seguir como expedientes de fuerza mayor, el Gobierno abrirá la puerta a que puedan ser presentados como un nuevo Erte, alegando causa económica, técnica, organizativa y de producción.El tercer elemento, más o menos consensuado, es que aquellos sectores que tengan más difícil recuperar la actividad serán los que sí podrán ser prorrogados tal y cómo están en estos momentos. Según señalan estas fuentes, desde el Ministerio de Trabajo se apunta claramente al turístico y sectores aledaños, como las compañías aéreas, cuyos Ertes serán prorrogados por motivos de fuerza mayor tras el levantamiento de la alarma.Pero aquí empiezan a surgir ciertas disensiones entre el Gobierno, los empresarios y los sindicatos. La casuística es muy amplia y habrá que negociar qué sectores se incluirán en la prórroga y continuarán con Ertes por fuerza mayor y cuáles se quedarán fuera, a pesar de que estén ligados al turismo.Un caso claro es la restauración, pues aunque en determinadas regiones su facturación depende en exclusiva de los turistas, no así en otras zonas. No obstante, las fuentes consultadas por elEconomistas conocedoras de la reunión, aclaran que la determinación de qué sectores se incluyan queda supeditado a las decisiones sanitarias. En función del grado de apertura se podrá ir reactivando la actividad y, por tanto, ir excluyendo unos u otros sectores, hoy incluidos en el R. D. del estado de alarma, como amparados por el principio de fuerza mayor.Pero, quizá, la principal divergencia radica en cómo afrontar el periodo de transición de los Ertes de fuerza mayor hacia los de causas objetivas. Desde el Gobierno plantean que se abra un proceso de un mes de gracia para que aquellos Ertes de fuerza mayor que tengan que ser sustituidos por otros nuevos de causas objetivas. Así, podrán negociar con calma el nuevo Erte.Frente a los de fuerza mayor, que los presentaba directamente la empresa, los Ertes de causa económica, técnica, organizativa y de producción debe ser negociados con los representantes de los trabajadores y donde no los haya, con un responsable sindical de alguna de las grandes centrales.A las patronales no les gusta esta solución y entienden que el paso del Erte de fuerza mayor a uno de causa objetiva debería hacerse de forma automática, sin tener que abrir nuevamente el proceso de presentación de la autorización de un nuevo Erte. Por su parte, desde los sindicatos se decantan, en línea con el Gobierno, por reabrir el proceso, pues los Ertes de fuerza mayor no se pueden prorrogar automáticamente. Entienden que la causa de fuerza mayor que justifica el expediente ya no existe, por lo que, legalmente, quedarían invalidados.Pepe Álvarez, de UGT, apuntó ayer en la presentación del Primero de Mayo que la pretensión es que sindicatos y patronales cierren un acuerdo previo, con una posición común, que presentar al Gobierno.Por otro lado, el Ejecutivo aprobo ayer que los Ertes por fuerza mayor con motivo de la pandemia se extienden a las empresas de sectores esenciales que hayan visto reducidos sus ingresos, que podrán limitarlo a una parte de la plantilla.