El Gobierno revisará al fin las previsiones macroeconómicas de España. La vicepresidenta tercera de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, anunció ayer que revisará su cuadro macroeoconómico y el marco presupuestario "de aquí a finales de mes". El 30 de abril, como máximo, España tendrá que enviar a Bruselas la actualización del Programa de Estabilidad. Calviño aseguró que las previsiones estarán "sustancialmente alteradas".Calviño admitió que los cálculos de principio de año y la "realidad económica" registrada hasta mediados de marzo se han alterado por la crisis sanitaria y que distintos organismos han publicado previsiones con caídas del crecimiento. La vicepresidenta económica aseguró que sigue "muy de cerca" la evolución de indicadores, y sostuvo que algunos se han estabilizado y otros tienen una evolución positiva, mientras que otra parte se ve afectada de forma "muy negativa" por las medidas de contención y la caída de la demanda nacional.Por otra parte, Calviño defendió la necesidad de crear un fondo de hasta 1,5 billones de euros para relanzar la economía comunitaria tras la pandemia de Covid-19, tal como ha propuesto España, ayudando así al mismo tiempo a preservar el mercado interno del bloque de la competencia desleal por parte de aquellos miembros en mejor posición para financiar rescates de empresas y paquetes de estímulo."La respuesta europea a la crisis no puede ser que algunos países acaben con mayores ratios de deuda sobre PIB", señaló en una entrevista concedida al diario Financial Times, en la que subrayó la necesidad de garantizar la protección del funcionamiento del mercado interno y afirmó que "no puede ser que algunos países puedan apoyar sus economías de una manera más generosa que otros".En este sentido, la vicepresidenta tercera advirtió de la importancia de permanecer "muy vigilantes" en lo que respecta a la relajación de las reglas de ayudas públicas con el fin de que las "garantías ofrecidas a las empresas sean similares en toda la Unión Europea".La postura de España se aproxima así a la defendida también por Francia, cuyo presidente, Emmanuel Macron, afirmaba la semana pasada en declaraciones al diario británico que los niveles desiguales de ayuda estatal habían dejado al descubierto una "distorsión normalmente prohibida".