Las caídas en el precio del petróleo continuaron ayer, después del descalabro que sufrió el West Texas el lunes, que lo llevó a cotizar en el entorno de -40 dólares por barril durante la jornada, la primera vez en la historia del barril americano en la que los precios de los contratos de futuro profundizaron por debajo de 0.La nueva realidad del mercado del petróleo obliga a coger los datos con pinzas, y a mirar las cotizaciones de distintos vencimientos de los futuros para hacerse una idea aproximada de qué es lo que tienen en mente los inversores, y no caer en el error. Ni el lunes el crudo perdió todo su valor, ni ayer hubo subidas de precios, a pesar de que el vencimiento del futuro del West Texas para mayo subía más de un 115%.Esta referencia vencía al cierre de ayer, por lo que el comportamiento de los futuros para los siguientes meses son un mejor indicador. Y en este sentido, los contratos de julio pasaron de los 22 dólares del lunes, al entorno de 14 dólares. Los que vencen en septiembre, de los 31 dólares a los 26,4. En el caso del barril Brent europeo, el lunes se movían en el entorno de los 26 dólares y la caída de ayer también fue importante, perdiendo casi un 25%, hasta los 19,6 dólares.Ahora parece que, salvo que haya un cambio importante en la demanda de crudo, que está sufriendo un desplome sin precedentes, un au-mento rápido en la capacidad de almacenamiento de petróleo, o un recorte drástico de oferta en las próximas semanas, ya sea por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (la OPEP, que ayer mantuvo una reunión informal, sin conclusiones), el futuro del barril americano parece abocado a volver a repetir lo que ha ocurrido en abril, y tender de nuevo a 0, a medida que se acerquen los vencimientos del mes que viene.Por qué cotizó en negativoEn la caída del barril hasta precios negativos ha influido un factor raro y característico del mercado estadounidense: la forma de liquidación de los futuros en la Bolsa de Materias Primas de Nueva York (Nymex).Cuando un contrato de futuro en este mercado llega a su vencimiento (a la fecha en la que se acordó que se realizaría el intercambio final), está establecido que el contrato se liquide por entrega física. Es decir, el dueño del futuro recibe literalmente los barriles.En otros mercados la liquidación de los contratos de futuro se produce por diferencias, intercambiándose entre el comprador y el vendedor del contrato las diferencias de precio que se han producido en el periodo, desde que se vendió, hasta que se ha liquidado.Si un inversor no consigue vender el futuro a un comprador que sí puede almacenarlo y el contrato vence, en Estados Unidos existe el almacén de Cushing, en Oklahoma. Aquí se quedan guardados los barriles, a nombre del dueño, para que pueda negociar con ellos en otro momento, y también desde Cushing parte un entramado de oleoductos que distribuyen el producto por todo Estados Unidos. Lo que está pasando es que este almacén, en el que caben unos 76 millones de barriles, está prácticamente lleno, y cada vez es más difícil poder reservar un sitio donde guardar la mercancía. El lunes, un día antes de que venciesen millones y millones de dólares en futuros sobre petróleo, los inversores entraron en pánico al prever que no van a poder guardar la materia prima en el futuro, y llegaron a vender el barril en precios negativos, hasta que la cotización de los contratos de futuro llegaron a caer por debajo de -40 dólares el barril. Es decir, ayer se pagaba hasta 40 dólares por cada barril a quien quisiera hacerse responsable de este producto.Nada vale menos que nada, pero lo que ayer llegó a cotizar en negativo no es exactamente un barril de petróleo, sino el hecho de que ese barril hay que guardarlo en algún lugar. Y almacenarlo, o incluso desprenderse de él, tiene un coste. Al fin y al cabo, uno no puede tirar en cualquier contenedor 170 toneladas de petróleo sin perjuicio para el medio ambiente, o sin que el regulador medioambiental tenga algo que decir.