La consultora McKinsey ha realizado un análisis sobre el posible impacto en el empleo de la crisis del coronavirus en Europa. Según sus estimaciones, el virus podría poner en riesgo hasta 59 millones de empleos (un 26% del total) en Europa y casi duplicar los niveles actuales de desempleo en los próximos meses. La consultora incluye aquí reducciones en horas o sueldos, regulaciones temporales o despidos permanentes. Para McKinsey, el riesgo laboral a corto plazo está altamente correlacionado con el nivel de educación, lo que puede exacerbar las desigualdades sociales existentes.Alrededor del 80% de los trabajos en riesgo (46 millones) no requieren un título terciario (más allá de secundaria); y los empleados sin una calificación tienen casi el doble de probabilidades de tener sus trabajos en riesgo, que aquellos con un título universitario (o equivalente).Los empleos en ciertos sectores industriales están particularmente en riesgo. El 50% de todos los empleos que están en riesgo se concentran en servicio al cliente y ventas, restauración y construccion.Según el desglose que hace la consultora, un 44% de los empleos en el sector mayorista y minorista de Europa están en riesgo, lo que equivale a 14,6 millones de empleos. También se verían afectados el 74% de los empleos en hoteles y alimentación, lo que equivale a 8,4 millones de empleos y el 50% de los empleos en artes y entretenimiento, lo que equivale a 1,7 millones de trabajadores.Mientras tanto, en el sector de servicios profesionales, solo el 12% de los empleos y en el sector de tecnologías y comunicaciones, solo el 8% se considera en riesgo.El empleo en pequeñas y medianas empresas con menos de 250 empleados está particularmente en riesgo. Estos trabajos representan más de 4,3 billones de euros en valor agregado en Europa. Al menos dos de cada tres trabajos en riesgo se encuentran en una pyme, y casi el 30% de todos corresponden a microempresas que constan de 9 empleados o menos.Asimismo, a medida que los líderes empresariales y políticos de Europa debatan y formen la hoja de ruta hacia la reapertura gradual de las economías, deberán planificar cómo revisar y adaptar las medidas tomadas durante el cierre. Algunas empresas pueden necesitar entrar en un período largo y difícil de reconstrucción lenta, mientras que otras podrían encontrar oportunidades a corto plazo, a través de grandes cambios estratégicos, así como asociaciones, innovaciones y nuevas formas de trabajo y colaboración, establecidas durante la crisis.Si bien ya se han lanzado y puesto en marcha paquetes considerables de estímulo económico del Gobierno, deberán ser revisados constantemente con respecto a su tamaño y contenido para realizar los ajustes necesarios de manera oportuna para apoyar la recuperación económica, indica McKinsey.Un diálogo continuo entre los gobiernos y los líderes empresariales será imprescindible para el éxito. Prueba de ello, es la reivindicación del sector empresarial español que reclama tener más voz ante el Ejecutivo para preparar los pasos del desconfinamiento.