Desde que hay registros oficiales del comportamiento trimestral del PIB en China –la serie arranca en 1992–, el país nunca había registrado una contracción en su economía hasta el primer trimestre de este año, en el que se registró una caída del 6,8%. Acudiendo a los registros históricos anuales, no se encuentra una caída en el crecimiento de la economía del país hasta 1976 –cuando se contrajo un 1,6%–, si bien es cierto que todavía es pronto para anticipar si se producirá un retroceso en el cómputo anual.El dato presentado por China no se aleja de lo previsto por el consenso –una caída del 6%–, aunque es cierto que la dispersión en las cifras era muy grande. "Equivale a un descenso del 9,8% frente al trimestre anterior en términos ajustados. Esto está básicamente en línea con la mediana de las previsiones de analistas, que variaban entre una caída del 16% y hasta una expectativa de crecimiento del 3,6%. Es un número algo mejor que nuestra expectativa y notablemente mejor de lo que otros muchos temían", reflexionan en Société Générale.Tras conocer los datos, el mercado ni se inmutó y cerró en verde en el gigante asiático. De hecho, el CSI 300 apenas acumula un descenso del 6,5% en lo que va de año, lo que le sitúa como el segundo mercado con mejor comportamiento entre las grandes bolsas mundiales, solo por detrás del Nasdaq. En este contexto, inversores y analistas están más centrados en el posible ritmo de recuperación más que en los datos pasados, que parece que ya estaban más que descontados.En los datos mensuales, el consumo y la inversión se mantuvieron en niveles de contracción profundos en marzo –cedieron el 15,8% y el 9,4%–, pero la producción industrial y las exportaciones mejoraron mucho más rápido –cayeron solo el 1,1% y el 3,5%, en cada caso–. Por su parte, el sector inmobiliario fue el más resistente al crecer el 1,2%. "Es prácticamente seguro que el primer trimestre marcó el suelo en el crecimiento de China y las disrupciones en la oferta doméstica prácticamente se han disipado. Mientras, la recuperación de la demanda ha sido floja y hay muchos retos por delante toda vez que el resto del mundo va camino de una recesión", apuntan en la entidad francesa.De momento, el consenso sigue dibujando un crecimiento en el PIB anual del país –se prevé un 3%–. Con todo, los analistas concuerdan en que las dudas surgen en torno a la velocidad a la que se recuperará el resto del mundo, ya que aunque la economía ha estado girando en los últimos años de la exportación al consumo aún no se ha completado ese cambio. "Todavía esperamos que un rebote en el segundo trimestre a medida que se normalice. Sin embargo, la fortaleza de la recuperación estará limitada por el colapso en el crecimiento global y en el comercio, lo que golpeará las exportaciones del país y las actividades industriales relacionadas. Teniendo todo esto en cuenta, el riesgo a la baja para nuestra estimación de crecimiento anual del 3% ha crecido", avisan en ABN Amro.Política fiscal y monetariaPara responder a la crisis del coronavirus, Pekín ha ido lanzando de manera gradual estímulos fiscales y monetarios. Durante las últimas el Banco Popular de China (PBOC) ha recortado varias de sus tipos, incluyendo la tasa de repo inversa a finales de marzo en 20 puntos básicos al 2,2% y el tipo de interés aplicado a las entidades que participan en sus operaciones de préstamo a un año desde el 3,15% al 2,95%, el mayor recorte desde su creación. "Esperamos que continúen con recortes para compensar el efecto de la crisis, ya que tiene todavía amplío margen para la flexbilización monetaria. En el frente fiscal, se han adelantado las emisiones de deuda gubernamental local y se ha aumentado la cuota en las mismas. También se ha anunciado parones especiales en los impuestos y ayudas estatales a los sectores más afectados", concluyen en el banco de los Países Bajos.