Malhar Nabar, jefe de la División de Estudios Económicos Mundiales del FMI, es el encargado de elaborar las Perspectivas de Crecimiento Mundial que presentó el martes la institución. En una conversación con este periódico repasa la profundidad de la actual crisis desatada por la pandemia del coronavirus y recuerda que una década después de la Gran Recesión, las pérdidas todavía eran persistentes. España junto a Italia es uno de las economías avanzadas más afectada por la crisis derivada de la pandemia. ¿A qué se debe? España es uno de los países que realmente afronta la peor parte de este virus y se enfrenta a una tarea muy complicada para combatir la crisis y limitar el daño económico. Un factor que contribuye a que se vea particularmente afectada en términos de su estructura del mercado laboral es su gran proporción de empleo temporal. El uso de contratos temporales sigue siendo bastante generalizado y ahora será particularmente importante que el Gobierno brinde cualquier tipo de apoyo a los afectados. Nos alienta que el Ejecutivo, de hecho, haya implementado rápidamente medidas enérgicas para ayudar a aquellos que están temporalmente sin trabajo. Esto contribuirá en gran medida a proteger a las personas más vulnerables de la fuerza laboral y a complementar la red de seguridad social existente. Estas son las respuestas políticas correctas y creemos que contribuirán a mitigar el impacto en la economía y a establecer las condiciones para una recuperación duradera. Cuando la pandemia se desvanezca y las medidas de crisis se puedan deshacer creo que habrá que prestar una atención renovada a algunas de las recomendaciones que el FMI ha estado haciendo en el pasado.¿Estima que el impulso de Europa para salvar empleos puede potenciar la desigualdad entre los países del norte y el sur?Esperamos que la tasa de desempleo en la zona euro aumente por encima del 10% y es probable que haya diferencias en toda la eurozona. En el sur, por ejemplo, existe un gran conjunto de pequeñas empresas, depende del turismo y esos son los tipos de sectores que se ven más afectados. En muchos países de Europa se ha dado una respuesta muy rápida y agresiva para limitar el daño. Dado que esto es un shock exógeno, los esfuerzos nacionales deben complementarse con un fuerte esfuerzo a nivel europeo para garantizar que esto no se propague, amplifique y cause una desaceleración aún más severa de lo que estamos proyectando en el escenario base.El FMI estima que esta crisis tendrá un coste económico global de 9 billones de dólares. ¿Lograremos recuperar toda la actividad?Lo primero que hay que tener en cuenta es que existe una gran incertidumbre sobre nuestra proyección. Resulta bastante difícil rastrear las verdaderas consecuencias de la pandemia, tanto en términos de las interrupciones do- mésticas en la actividad como también de los efectos indirectos globales de una debilidad en los socios comerciales. Observamos que la pandemia comenzará a desvanecerse en la segunda mitad del año. Pero a pesar de que veamos una tasa de crecimiento bastante fuerte para el próximo año, esto no hará que la actividad regrese a la tendencia previa antes del virus. Es una recuperación parcial.¿Qué ocurrirá si se materializan los escenarios más adversos?Si se materializaran más escenarios adversos, el objetivo esencialmente sería brindar apoyo principalmente al sector de la salud. Pero, en segundo lugar, también proteger a las empresas y trabajadores afectados y asegurarnos de que el choque no se amplifique y se propague aún más a la economía. Más allá de eso, se requerirán medidas fiscales específicas sustanciales. Pero mientras las personas no puedan moverse libremente, es difícil hacer que el gasto vuelva a funcionar de la forma en que normalmente lo hace cuando un estímulo trata de revivir una economía en recesión. Eso no va a suceder hasta que las personas puedan moverse libremente porque no pueden salir y gastar. Menciona el gasto. Dado que esta es una crisis de salud y poco inusual, ¿qué efecto tendrá en la confianza del consumidor?Se va a requerir mucho esfuerzo, tanto en términos del apoyo político para proteger la economía como para reanimar la confianza. Es esencial que también haya una comunicación muy clara sobre el estado de la pandemia, la posibilidad de contagio y otros factores que influyen en los comportamientos de las personas. La comunicación debe ser muy clara y efectiva para aumentar la confianza y lograr que las personas vuelvan a las rutinas a las que estaban acostumbrados.