Como era de esperar, las semanas de confinamiento a las que ha obligado la rápida propagación del coronavirus por el mundo han provocado una debilidad global en el gasto palpable en las cuentas de la gran mayoría de empresas. Y, como no podía ser de otra forma, en las compañías relacionadas de una manera más directa con el consumo, como es el caso de las empresas de tarjetas de crédito, también se ha dejado sentir. Así lo entienden desde Deutsche Bank, desde donde no obvian "el deterioro del contexto económico en las dos primeras semanas de marzo".Y es que el virus ha afectado a todos los elementos de la cadena mercantil sin distinción. El patrón de comportamiento de los consumidores en el planeta ha cambiado, ante un impacto mucho más amplio de lo esperado inicialmente en los volúmenes de gasto de la red mundial.Algo que se tradujo en un descenso más acusado que el registrado por el propio mercado en el precio de las acciones de las compañías cuyo negocio principal procede de las tarjetas de crédito, como es el caso de Visa, Mastercard o Amercian Express, que en el latigazo bajista que se produjo del 18 de febrero al 20 de marzo en los parqués occidentales registraron pérdidas más abultadas que las del propio S&P 500.Sin embargo, su recuperación desde entonces también ha sido más feroz que la del resto del mercado. Y es que, a pesar de que ha cambiado el patrón de consumo en las últimas semanas, el uso de este método de pago seguirá teniendo un papel preponderante. "Hemos ajustado modestamente nuestras estimaciones de ingresos del segundo trimestre [...] pero hemos dejado nuestras previsiones de beneficio por acción intactas", aseguran los analistas de Barclays sobre las proyecciones de Visa para 2020. "No vemos ninguna razón para creer que los volúmenes de gasto no se recuperarán a medida que pase la crisis, ni vemos el deterioro de la ventaja competitiva o de los vientos de cola seculares que sustentan nuestra tesis de crecimiento a largo plazo", aseguran.Según recogen desde FactSet, ambas se colocan entre las 25 compañías del S&P 500 que ahora reciben una recomendación de compra más sólida.