"El problema de las compañías es cómo afrontan la recuperación. Tenemos que diseñar un plan de la mano de las aerolíneas e integrarlo a nivel europeo. No es solo sobrevivir, se necesita un marco europeo para preparar un plan de relanzamiento". El ministro de Transportes y Movilidad, José Luis Ábalos, verbalizó la semana pasada uno de los mayores retos que enfrentará el sector una vez se levante totalmente el confinamiento y la economía vaya reactivándose, siempre y cuando logren sobrevivir al parón. El sector va a enfrentar la crisis económica que seguirá a la emergencia sanitaria en una posición de debilidad, ya que las medidas aprobadas por el Gobierno de Pedro Sánchez para hacer frente al coronavirus han dejado prácticamente sin ingresos a las aerolíneas, las compañías de autobús, los taxistas, las VTC, las empresas de movilidad compartida, el transporte público y, aunque no lo parezca a simple vista, han hundido la actividad de una parte importante del transporte de mercancías y la logística. El parte de guerra que cada mañana de la secretaria general de Transportes y Movilidad, María José Rallo, deja muy claro el drama que atraviesan las empresas: 1.000 usuarios de AVE de media al día, un 93% menos de operaciones aéreas y una ocupación del 2-3% en el transporte de viajeros por carretera interurbano. La demanda del transporte público en Madrid arroja una cifras parecidas con un 92% menos de usuarios y los taxistas apenas hacen servicios. Evolución de la actividadEn el mundo de las mercancías, la crisis va por barrios, mientras en alimentario crece o se mantiene, todo lo relacionado con la hostelería o la industria no esencial se ha parado. "La evolución de la actividad es muy variable por sectores. Todo lo relacionado con la industria de componentes, automación y textil lleva parado días. Los descensos no se están estabilizando para nada", explica Ramón Valdivia, director general de Astic. Así, pese a que muchas empresas van bien y necesitan refuerzos, otras afrontan problemas por la falta de demanda, lo que ha llevado a UNO a solicitar que el sector tenga acceso a los Erte por fuerza mayor y a pedido a los fondos inmobiliarios de logística descuentos coyunturales en los alquileres. En esta crisis, la variable tiempo es fundamental, ya que cada día que pasa las empresas queman liquidez para preservar su tejido productivo y poder volver a operar cuando todo esto haya pasado. El problema en el caso del transporte de pasajeros es que las restricciones no terminarán cuando se levante el estado de alarma. El Gobierno ya ha explicado que la reactivación de la actividad económica y de la movilidad se hará de forma gradual para evitar un nuevo pico de contagios. En esta segunda etapa se mantendrá el control sobre los desplazamientos, se prohibirán las aglomeraciones y los viajes seguirán muy limitados, lo que alarga la crisis del transporte de pasajeros y aumenta la incertidumbre sobre su reactivación y recuperación de la demanda, ejerciendo más presión sobre su liquidez y capacidad de supervivencia. "Solo tres partidas -personal, combustible y financiación de la renovación de flota- representan el 85% de los costes, y las tres precisan de tesorería suficiente para hacerlas frente y mantener vivas las empresas", asegura Rafael Barbadillo, presidente de Confebus. "Las reservas son finitas, y ni la compañía más sólida desde el punto de vista financiero puede garantizar su supervivencia si la sequía de ingresos se extiende indefinidamente", Javier Gándara, presidente de ALA. En este punto, Iata asegura que las aerolíneas verán reducidas sus reservas de liquidez en 61.000 millones de dólares durante el segundo trimestre. El sector ya tiene asumido que no podrá volar hasta junio y que la lenta recuperación les obligará a reducir su tamaño. Ante este panorama el sector del transporte de pasajeros alerta de la importancia de tener acceso a "fondos de liquidez específicos" y muy cuantiosos. Es decir, que los Gobiernos lancen una especie de helicóptero de dinero o liquidez, en línea con el planteado por Milton Friedman en 1969 y posteriormente rescatado por Ben Bernanke en 2016. En este caso, en vez de dar el dinero a la población para que aumenten el consumo, como acaba de hacer el Gobierno de Hong Kong, sería poner a disposición de las compañías importantes líneas de liquidez de forma ágil con bajos intereses para que puedan sobrevivir a la crisis y no morir luego ahogadas por la deuda. En este punto, desde ALA aseguran que las líneas de crédito ICO no son suficientes para garantizar el futuro del sector. El primer tramo activado tiene un importe de 20.000 millones de euros, de los que el 50% se reserva para garantizar préstamos de autónomos y pymes, mientras que el Ejecutivo destinó 400 millones al ICO para apoyar al sector turístico y al transporte. Una cantidad que las aerolíneas consideran insuficiente. No en vano, Air France-KLM está negociando un crédito de 6.000 millones, que contará con el aval del Gobierno francés y el holandés, mientras que easyJet ya ha recibido 700 millones de Reino Unido. "Deberíamos estar pensando ya en la salida y en las medidas necesarias para garantizar la movilidad, cuando todavía estamos esperando las medidas para el sostenimiento de las empresas", señala Barbadillo.Paralelamente a las dotaciones de liquidez, las compañías piden que el Ejecutivo les permita reducir la cuenta de gastos con aplazamientos sin intereses del pago de impuestos y las cuotas de la Seguridad Social, la moratoria en las mensualidades de los leasing, acceder a los Ertes pese a que el servicio sea esencial, y suspensión temporal de las tarifas de estacionamiento.