La Generalitat de Cataluña pretende mantener las principales alzas fiscales previstas para los ciudadanos en el proyecto de Presupuestos de 2020, como el Impuesto sobre las Personas Físicas (IRPF) y Sucesiones, pese a la crisis del coronavirus.En una comparecencia por videoconferencia en el Parlament, el vicepresidente de la Generalitat y consejero de Economía, Pere Aragonès, insistió en su defensa de aprobar las cuentas autonómicas de este año cuanto antes y luego adaptarlas para abordar la crisis sanitaria, económica y social provocada por el Covid-19 y la posterior estrategia de recuperación, pero prevé mantener los cambios en el IRPF para quienes ingresan menos de 12.000 euros y más de 90.000 euros, así como el alza del Impuesto de Sucesiones, sobre el que afirmó que "afecta a muy pocas familias y es una herramienta de redistribución de la riqueza". Con todo, este martes prevé aprobar un aplazamiento de dos meses de su pago desde que se levante el Estado de alarma, para facilitar los trámites registrales y de notaría, un punto especialmente relevante dado el elevado número de fallecimientos por la pandemia en Cataluña, en segundo lugar estatal.El Govern también aprobará este martes retrasar un trimestre el pago del impuesto sobre las bebidas azucaradas, y también aplazará el canon de residuos y agua en el ámbito industrial.Por otro lado, el consejero catalán defendió la propuesta de creación de un impuesto sobre los grandes patrimonios a nivel europeo -Cataluña mantiene el Impuesto de Patrimonio en España-, y dio por "suspendido" el límite de déficit autonómico del 0,2% del PIB regional para 2020 -decisión estatal todavía no tomada-. Solo en compras de material sanitario contra el Covid-19, el Gobierno catalán ya ha gastado 198,4 millones, y estima que la factura sanitaria total contra la pandemia será de 1.800 millones en la comunidad.