Con los legisladores todavía enfrascados al cierre de esta edición en un estímulo fiscal que podría llegar a entregar en dos tandas hasta 2.000 dólares a los estadounidenses para enfrentar las duras consecuencias de la pandemia del coronavirus, cualquier paquete que pueda aprobarse en los próximos días no impedirá una importante contracción de la mayor economía del mundo. Si las mesas de inversión de Goldman Sachs o Citigroup ya hablaban de una caída para el PIB en el segundo trimestre del 5%, ahora Capital Economics y Deutsche Bank plantean una situación en la que el crecimiento negativo de la actividad económica podría abocarse a caídas de entre el 10% y el 13%. Los economistas de Deutsche Bank señalan que la tasa de esta contracción sera 1,5 veces mayor a la registrada durante la crisis financiera, cuando se registró una caída anualizada del PIB del 8,4%.Una caída del 13% en la economía estadounidense marcaría la contracción más aguda desde la II Guerra Mundial. "La economía de EEUU está experimentando un shock sin precedentes", explican desde Deutsche Bank. De hecho, el presidente de EEUU, Donald Trump, se comparó ayer con "un presidente en tiempos de guerra" por la pandemia y encomió a los estadounidenses a "sacrificarse juntos" para combatir al coronavirus, aventurando que el país logrará una "victoria completa".El mandatario anunció que invocaría la Ley de Defensa de la Producción, una norma jurídica que data de la era de la Guerra Coreana y que permite al Gobierno federal ordenar la producción de ciertos bienes considerados esenciales. Desde Capital Economics consideran que la rápida escalada de medidas para contener el brote de coronavirus sugiere que el daño económico será aún mayor de lo anticipado. De esta forma, la casa de análisis apunta a una disminución anualizada del PIB del 10% en el segundo trimestre."Esperamos que la actividad comience a recuperarse durante la segunda mitad del año, pero eso dependerá de que el virus esté bajo control en meses y de que el Congreso apruebe una respuesta fiscal sustancial", dice Andrew Hunter, su economista para EEUU. Hunter señala que hay algunas razones para pensar que EEUU podría no verse tan afectado como otras economías avanzadas. La primera es que la propagación del virus dentro del país se está retrasando dos semanas y la intervención de las autoridades estadounidenses podría permitir que las medidas de contención sean menos severas.