"Nos encontramos en una situación de supervivencia". "La industria aérea se enfrenta a una crisis de proporciones globales como ninguna otra". "El colapso en la demanda no tiene precedentes. Si la crisis se prolonga dos o tres meses habrá quiebras y fusiones". Las palabras de Javier Gándara, presidente de ALA y consejero delegado de easyJet, de Álex Cruz, presidente de British Airways, y de Alexander Juniac, consejero delegado de IATA, son solo un reflejo del más que delicado momento que vive el sector. Las restricciones a la movilidad aprobadas para frenar la propagación de coronavirus está dejando a las aerolíneas sin destinos a los que viajar y sin pasajeros a los que transportar. Por ejemplo, España ha declarado el estado de alarma y Polonia, Marruecos, EEUU, Italia, Perú, Argentina o Chile han cerrado las fronteras a los europeos. La paralización del sector está generando fuertes tensiones de liquidez en las aerolíneas, que amenaza con dejarlas sin capacidad para operar, precipitando una oleada de quiebras y fusiones. "El tema en Europa ya no es preguntarse quién va a quebrar, si no quién va a poder aguantar. Vamos a vivir la consolidación del sector por la vía rápida", señalan fuentes empresariales. La ecuación es fácil: si las aerolíneas no venden billetes, no ingresan, y si no ingresan no hay dinero para pagar salarios, cotizaciones, el leasing de los aviones, las tasas, la factura de la luz, el agua... Es decir, gastos que si no se abonan llevan a las empresas a declararse en concurso de acreedores. Así, las asociaciones ALA, IATA y A4E llevan una semana urgiendo medidas contundentes para poder sobrevivir a la crisis, como moratorias de impuestos, líneas de crédito sin intereses, ayudas, flexibilización de los ERTE para se ejecuten por fuerza mayor y la suspensión de la norma "úsalo o piérdelo" de los slots... Algunas de estas medidas se han puesto en marcha, aunque de forma insuficiente, y gobiernos de Francia, Alemania o Noruega ya negocian rescates.Las ayudas gubernamentales pararán el primer golpe, pero los verdaderos problemas llegarán a medio plazo ya que, según explican fuentes del sector, "las consecuencias de esta crisis van a durar mucho". En este punto, no dudan en señalar que el coronavirus tendrá un impacto al menos tres veces mayor que los atentados del 11-S, que supusieron un antes y un después en la aviación, y que las empresas podrán tardar una década en superar totalmente las consecuencias. Sin las limitaciones impuestas por EEUU y otros países, IATA calculaba un impacto de 110.000 millones en los ingresos del sector, mientras que el de los atentados fue de 40.000 millones. Y es que, una vez superado el coronavirus, las aerolíneas deben tener músculo para reactivar la operación y mantenerse hasta la demanda se recupere.La consolidación del sector aéreo europeo arrancó con el auge del low cost y la crisis económica y aunque en los dos últimos años ha cogido velocidad, lo cierto es que el coronavirus va a terminar de impulsar el proceso puesto que no todas las aerolíneas van a poder sobrevivir a la crisis, ya que no la afrontan con la misma fortaleza. En este momento de paralización, la liquidez de las aerolíneas y su capacidad para generar caja se han convertido en la clave para analizar quién puede superar el colapso con más garantías. Por ejemplo, IAG luce una sólida posición financiera y la dirección asegura a sus trabajadores que es la mejor compañías aérea en la que se puede estar para pasar el chaparrón. Y es que, la dueña de Iberia, Vueling o BA cerró 2019 con una caja de casi 6.700 millones de los que puede disponer para afrontar pagos ante el desplome de los ingresos. Además, tiene a su disposición líneas de crédito que elevan su liquidez por encima de los 8.700 millones. Asimismo, la firma lleva varios años ganando dinero y tiene una estructura muy saneada. En esta línea, el presidente de Ryanair, Michael O'Leary, presumió hace poco de tener 4.000 millones de euros de liquidez entre caja y líneas de crédito lo que, según él, le otorga margen para sobrevivir al colapso mientras otras "quebrarán". En cuanto a este segundo grupo, en el punto de mira de los analistas está Norwegian Air, que el viernes cerró con caídas mientras el resto del sector europeo rebotaba. La compañía, que hila varios ejercicio en número rojos, cerró 2019 con una caja de apenas 300 millones de euros y sin líneas de crédito disponibles. Además, la compañía tiene una deuda de 5.828 millones y problemas para generar caja y conseguir dinero en los mercados. La firma ya ha pedido ayuda a su gobierno para y éste le ha dicho que busca fórmulas para asegurar su liquidez. Alitalia es la compañía que enfrenta la crisis en peores condiciones. Lleva una década sin ganar dinero y viviendo gracias a los rescates del Gobierno. Por su parte, SAS aseguró que tenía una buena posición de efectivo pero que "no durará para siempre". Así, la firma podría enfrentar problemas de liquidez si la situación se prolonga hasta el verano. SAS cerró su año fiscal con una caja de 808 millones y líneas de crédito por 276 millones. Su posición de liquidez representa el 38% de sus costes fijos anuales.Air France-KLM, que ya está negociando un paquete de ayudas con su Gobierno, informa Les Echos, cerró el año pasado con una caja de 3.715 millones. A su vez, la compañía ha anunciado que tiene líneas de crédito que se renuevan anualmente por 1.100 millones, lo que le da solvencia. El problema de la compañía es que, aunque ha ganado dinero en los últimos años, su cash flow operativo fue negativo en 385 millones y no ha terminado de ajustar. Lufthansa tiene una liquidez de 3.575 millones, con la que no cubre los gastos operativos de un trimestre, mientras que easyJet (2.000 millones libras) o Jet2.com (1.200 millones de libras) andan justas.