Italia busca la manera de hacer frente a la emergencia económica causada por el brote de coronavirus sin perjudicar demasiado a sus Cuentas públicas y a la banca. El Gobierno, que el lunes por la noche anunció el aislamiento de todo el país hasta el 3 de abril -pidiendo a los ciudadanos que salgan de casa solo si es "estrictamente necesario"-, aprobará hoy nuevas medias para paliar los efectos económicos de este cierre total.Las medidas relacionadas con la emergencia sanitaria llevan semanas paralizando el corazón económico del país, la región de Lombardia (casi el 22% del PIB nacional) que ayer, por boca de su presidente, Attilio Fontana, pidió al Ejecutivo nacional medidas aún más estrictas de las actuales, es decir, el cierre total del trasporte público y de todas las tiendas, las fábricas y los servicios que no sean de primera necesidad. En la capital de la región, Milán, hay colas al ingreso de diferentes supermercados, tanto por el miedo que ha llevado a muchos ciudadanos a acaparar alimentos, así como por las limitaciones de acceso que en varias tiendan permiten la entrada a un máximo de dos personas a la vez.Aún antes del aislamiento total impuesto al país, el brote del virus había pasado factura al turismo, uno de los principales sectores de la economia transalpina, con un impacto económico estimado por las asociaciones del sector superior a los 7.000 millones de euros. En esta situación, la economía transalpina parece condenada a la recesión, con una caída de entre el 0,5% y el 0,7% este año, según la agencia Moody's.El Ejecutivo, presidido por Giuseppe Conte, ya había aprobado la semana pasada, a través de un decreto, una asignación de 7.500 millones de euros para hacer frente a la emergencia económica. Ayer el ministro de Desarrollo Económico, Stefano Patuanelli, declaró que uno de los "canales" que el Gobierno utilizará para ayudar a familias y em-presas es "la liquidez. Hay que garantizarla y esto se hace con la suspensión del pago de hipotecas, facturas e impuestos. Tenemos que con- siderarlo para todo el territorio nacional". La viceministra de Economía, Laura Castelli, indicó que la moratoria de las hipotecas será incluida en el nuevo decreto que el Ejecutivo aprobará hoy.Sin embargo, extender a toda Italia estas medidas, pensadas en un primer momento solo para la zona roja de Lombardia y de las provincias cercanas, significa buscar más dinero. Según ha explicado Patuanelli, la "orden de magnitud" es de unos 10.000 millones de euros, una cifra que llevaría el deficit "justo por debajo del 3% del PIB". El objetivo de déficit que Italia había fijado para este año era del 2,2%: aumentarlo de un 0,8%- sin superar el umbral psicologico del 3% fijado por el Tratado de Maastricht- implica una asignación de recursos próxima a los 13.000 millones de euros.Hoy, el Congreso de Roma votará el decreto que autoriza el Ejecutivo a subir el deficit público. El Gobierno cuenta con el voto favorable de los partidos de la oposición, aunque el principal de la derecha, la Liga, pide más esfuerzos. "Lo que ha anunciado el Gobierno es un primer paso. Lo acogemos con satisfacción, pero no es suficiente" dijo el líder de la formación Matteo Salvini, quien añade: "Hay que poner a presupuesto, para ayudar ya a familias y empresas, no 7.000 millones, sino 70.000 millones de euros. En Europa, no pierdan tiempo en debatir. Cada día que desperdician es un drama".En todo caso el camino del plan para hacer frente a la emergencia económica es muy estrecho. Si Roma cuenta con el apoyo de la UE para aumentar el déficit sin enfrentarse a sanciones, el Gobierno transalpino tiene que evitar que la suspensión de las hipotecas pase factura a la banca, otro sector frágil de la economia nacional. Los bancos temen una crecida respecto a la morosidad, en medio de una larga reestructuración, que pretende solucionar el legado de recesiones anteriores en el balance de las entidades.De hecho, según las actuales normas europeas las moratorias obligarían a clasificar los prestamos co-mo morosos. Por esto, otro viceministro de Economía, Antonio Misiani, anunció que está trabajando con el Banco central de Italia para organizar un esquema de garantía estatal a los bancos que ofrecen moratorias. Giovanni Sabatini, director general del lobby bancario italiano, ABI, ha explicado que solo la garantía estatal podría reducir la cantidad de capital que los bancos deben reservar para las moratorias de préstamos e hipotecas, pidiendo que también Europa haga su parte: "Las autoridades podrían suavizar durante seis meses o un años las normas más estrictas sobre los créditos dudosos".