La OPEP+ ha saltado por los aires. Durante el encuentro que mantenían los grandes productores de petróleo del mundo (con permiso de Estados Unidos) el jueves y viernes de la semana pasada, todo parecía indicar que se estaba repitiendo la historia que ha sido tan frecuente en las reuniones del cártel durante los últimos años: un desencuentro inicial entre dos de los grandes productores, en este caso Rusia y Arabia Saudí, que terminaría con un acuerdo de última hora para recortar la producción de crudo y así sostener el precio del barril. Sin embargo, no fue así y la sorpresa fue que Rusia se retiraba de la mesa de negociación sin dar su brazo a torcer.Mientras Arabia Saudí, el líder del cártel, proponía un recorte de producción de 1,5 millones de barriles diarios que se sumarían a los 1,2 millones de barriles que se habían acordado en diciembre, el ministro de Energía ruso, Alexander Novak, dejaba claro que la intención de Moscú era mantenerse firme en los niveles que se habían acordado a finales del año pasado. No hubo manera de llegar siquiera a un punto intermedio, por lo que el encuentro se saldó sin acuerdo, y con la incertidumbre de conocer cuál sería el siguiente paso que daría Arabia: ¿decidiría Riad echar sobre sus hombros casi todo el peso de un nuevo recorte, o por el contrario, abriría los grifos del petróleo para empezar una guerra de precios contra Rusia y los productores estadounidenses?La respuesta se conoció durante el fin de semana: será lo segundo. Arabia ha decidido hacer la mayor rebaja en el precio al que vende su petróleo al mundo, y venderá su barril a 8 dólares por debajo del precio de referencia en Europa, el Brent, que ayer llegó a desplomarse hasta un 31,5% durante el día, la mayor caída diaria desde la guerra del Golfo de 1991. Aunque la caída se suavizó ligeramente, el precio se desplomó al entorno de 35 dólares.Con la venta de un 5% de su petrolera estatal, Aramco, ya cerrada, y la empresa cotizando en el mercado desde el pasado 11 de diciembre, Arabia Saudí tenía una causa menos por la que preocuparse. La capacidad de producción tampoco es un problema: después de meses de recortes en los que se ha asumido la mayor parte del compromiso al que llegó con sus compañeros de la OPEP, Riad tiene una capacidad de producción excedente de 1,76 millones de barriles desde los 9,74 millones que produjo en febrero, hasta los 11,5 millones que podría llegar a alcanzar, según los datos que maneja Bloomberg. Por su parte, entre las causas que han llevado a Rusia a negarse a recortar más la oferta de crudo se encuentra la menor dependencia que tiene la economía del país del recurso energético. Según destaca la agencia basándose en datos de Nordea, Rusia se ha apretado el cinturón y puede cuadrar ya sus presupuestos con un barril en el entorno de 50 dólares, mientras que hace apenas 3 años necesitaba que este estuviese por encima de los 100. Desde M&G destacan cómo "Rusia ha tomado medidas de gran dureza en su presupuesto nacional, lo que implica que se encuentra ahora en disposición de poder hacer frente a unos precios del petróleo más reducidos".Más petróleo en un mercado que se ha visto inundado en los últimos años por la producción de esquisto estadounidense es un problema para los precios del crudo, sobre todo, si se tienen en cuenta las previsiones para la demanda, que apuntan ahora a un frenazo del consumo global. Con el ciclo de crecimiento económico ya maduro, y el uso de energías alternativas en aumento, la irrupción del coronavirus en el mundo ha sido el cisne negro que ha dado la puntilla definitiva a los precios.Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), el impacto del coronavirus en la demanda de petróleo desembocará en que 2020 será el primer año en el que se produzca una caída neta de la demanda respecto al ejercicio anterior, desde el año 2009. La Agencia destaca cómo "la expansión del virus fuera de China hace que recortemos, en nuestro escenario base, la previsión de demanda en 1,1 millones de barriles diarios para 2020", lo que supondrá que "la demanda caiga respecto al año anterior en 90.000 barriles diarios, el primer descenso anual desde 2009".Eso sí, consideran que el impacto será pasajero y propio del primer trimestre, ya que asumen que "la demanda de petróleo vuelva a niveles cercanos a la normalidad en la segunda mitad de 2020", destacan. El cóctel de incremento de oferta y caída de la demanda que se está preparando en el mercado de petróleo está haciendo que grandes casas de análisis recorten drásticamente sus estimaciones de precios para el futuro más cercano. Por ejemplo, Goldman Sachs está avisando ya de que el barril puede caer hasta los 20 dólares "en próximas semanas", un precio que, en su opinión, repuntará hasta los 30 dólares en el segundo trimestre.Desde IHS Markit coinciden con esta estimación, al destacar que "es probable que veamos los precios más bajos de los últimos 20 años en el próximo trimestre", lo que implicaría que los precios puedan caer hasta el entorno de los 20 dólares.Una lucha por el controlLa crisis del coronavirus solo ha sido la chispa de una guerra por el control del mercado que lleva desarrollándose desde 2014, cuando Arabia Saudí comenzó a perder cuota mundial de petróleo. Ante la negativa de Rusia de aceptar el parón de bombeo, Arabia Saudí ha recurrido a la mano dura, en un reconocimiento implícito de que la OPEP sola no puede hacer frente a la caída de demanda que se espera en las próximas semanas.El coronavirus provocará una reducción de demanda en los primeros tres me-ses de este año de 3,8 millones de barriles diarios más bajo respecto al mismo pe-ríodo del año anterior, una caída sin precedentes, según la consultora IHS Markit. Arabia Saudí anunció que redujo sus exportaciones en 500.000 barriles por día debido a la falta de demanda de su petróleo en China. La potencia asiática ha reducido su consumo, ya que las refinerías se vieron obligadas a cerrar y los viajes se restringieron para detener la contaminación por el virus. La propagación del virus por el resto de Asia, Europa y América amenaza con mayor presión sobre la demanda para los próximos meses."Ahora los interrogantes son enormes, tras haberse metido Arabia Saudí en una guerra comercial con Rusia, a propósito del precio del petróleo, una guerra que es muy difícil que vaya a poder ganar. No por falta de recursos, su petróleo es el más barato de producir, sino porque torcerle el brazo a Putin es algo que está muy lejos de su alcance", indica Juan Ignacio Crespo, analista financiero y asesor de fondos de Renta 4.Arabia Saudí ha desatado la estrategia de caos para plantear un chantaje a Rusia. O se sienta a negociar o provocará una ola de quiebras de petroleras por todo el mundo buscando el colapso del mercado. El primer paso ha sido hundir los precios, rebajando sus tarifas. El segundo, será elevar en abril su producción a más de 10 millones de barriles por día (bpd), para inundar el mercado con sobreoferta, como ya hizo en 2014.Por entonces fue un fracaso. Riad intentó derribar a los productores de fracking y, aunque muchos quebraron, buena parte de la industria salió reforzada. Arabia Saudí lo único que consiguió cuando inundó el mercado en 2014 fue desequilibrar sus cuentas públicas. Ahora el momento para colapsar el mercado es peor, porque la demanda ha desaparecido."Con el precio del crudo pudiendo perder los 30 dólares por barril muchos productores, no solo los frackers estadounidenses y canadienses, que también, pierden dinero con sus producciones", avisan desde Link Securities. La firma asegura que, además, la mayoría de los países productores, entre ellos la totalidad de los pertenecientes a la OPEP, verán incrementar de forma alarmante sus déficits presupuestarios. "Entendemos que esta arriesgada estrategia por parte de Arabia Saudita, que no será implementada hasta el mes de abril, debería hacer reaccionar a sus socios dentro de la 'OPEP+', ya que nadie va a salir ganando con esta guerra", subrayan los expertos.Según distintos análisis, Arabia se puede permitir que el petróleo baje hasta los 10 dólares el barril y sus pozos sigan siendo rentables. Pero otra cosa es que se lo pueda permitir la costosa estructura estatal del reino. A pesar de ello en el pulso Riad y Moscú, "los dos países saldrán perjudicados por el conflicto, el precio del petróleo con el que Rusia puede equilibrar su presupuesto está más o menos en la mitad que el que equilibra el presupuesto de los saudíes", destaca Crespo y añade que otro problema para Arabia Saudí será la capacidad que tiene Rusia de desestabilizarla política o militarmente.Pero lo cierto es que Rusia no está tan preocupada por el desplome de la demanda, ya que cuenta con un factor clave: su economía está algo más diversificada que la de Arabia Saudita. Además, las compañías petroleras rusas han estado presionando al Kremlin para impulsar la producción de crudo.