El propietario y consejero delegado de Barry-Whemiller, un holding de 115 empresas y con una facturación cercana a los 3.000 millones de dólares, Bob Chapman, fue invitado a Barcelona por la fundación Capitalismo Consciente, para presentar su libro Todo el mundo es importante. El extraordinario poder de tratar a tus empleados como si fueran tu familia (Ediciones Obelisco). Es uno de los promotores del movimiento del capitalismo consciente, y le entrevistamos entre una conferencia en el IESE y otra en Foment del Treball. Usted dice que su objetivo principal es cambiar el sistema económico mundial, ¿cómo pretende hacerlo?A lo largo de mi viaje –tengo 50 años de trayectoria- estos últimos 20 años han sido cruciales. He pasado de la gestión tradicional al liderazgo humano. Mi trabajo siempre se centró en el valor económico y, a través de una serie de eventos que describo en mi libro, me di cuenta de que los negocios pueden ser una fuerza poderosa para el bien del mundo si nos preocupamos por las personas que tenemos el privilegio de liderar. Recientemente, algunos profesores universitarios me han dicho: "Nunca he entrevistado a alguien que no hable de su producto" y contesté: "He estado hablando sobre nuestro producto durante las últimas dos horas: es nuestra gente". Por lo tanto, nuestro objetivo es que los jóvenes creen un mundo en el que tengan la oportunidad de encontrar su camino y de sentirse valorados.¿Qué le llevó a cuestionar el modelo económico actual?He pasado por tres experiencias. La primera sucedió en marzo de 1997. Acababa de adquirir una empresa y cuando fui a visitarla una mañana vi a todo el mundo divirtiéndose, y hablando de los equipos de baloncesto del momento, pero cuanto más nos acercábamos a las 8 en punto, la diversión se iba. Y me dije: "¿Por qué los negocios no pueden ser divertidos?". La segunda sucedió dos años después, en la iglesia. Estuve reflexionando. La iglesia solo nos tiene durante una hora a la semana, pero nosotros tenemos a la gente durante 40 horas a la semana. Eso significa que somos 40 veces más poderosos que la iglesia para influir en la vida de las personas. Y la número tres fue en el año 2000. Estaba en una boda. Todos pensaban en lo preciosa que se veía la novia, lo orgulloso que estaba el padre... pero yo pensé: "Las 12.000 personas que trabajan para nosotros en todo el mundo son como ese joven y esa joven, son los hijos preciosos de alguien". Si juntas las tres experiencias, podemos cambiar profundamente el mundo tal como lo conocemos.¿Cómo describiría su concepto personal de cómo debería ser el sistema económico mundial?El concepto original de empresa era crear un trabajo para las personas que les diera dinero, porque suponíamos que con eso serían felices. No es verdad. Tenemos un porcentaje de ansiedad y de depresión global más alto que nunca, porque las personas no se sienten valoradas, se sienten usadas. Mientras las empresas crean valor económico, se pierden por el camino el valor humano. Lo que yo propongo no es ni lo uno ni lo otro por separado, es un equilibrio entre ambos. ¿No teme que este modelo pueda volverse en su contra? El capitalismo es un concepto que conlleva una alta competitividad y en algunas ocasiones la naturaleza humana no tiene buenas intenciones.No. Un coche puede ser bueno para llevarte a un lugar de manera segura. Y también se puede usar para conducir hacia una multitud y matar personas. Pero no voy a dejar de fa-bricar coches, porque estamos convencidos de que ésta es la forma en que estamos destinados a vivir y trabajar juntos. ¿Y cómo reaccionaría usted si al- guien no actúa de esta manera?De nuestra empresa siempre destacan nuestra paciencia. Cuando alguien reacciona negativamente a nuestra idea, le damos tiempo para pensarlo, porque no sabemos de dónde viene, ni cómo ve el mundo. Respetamos su viaje. Pero, a veces, aplicamos lo que se llama el hard love, como cuando uno cría a su hijo, tomando como ejemplo lo que explico en mi libro. Si se les enseña que no hay consecuencias en el comportamiento, entonces no aprenden lo que necesitan aprender. A veces, cuando alguien en nuestra empresa no acepta estas ideas, lo mejor que podemos hacer por ellos, de una manera respetuosa y digna, es decirles: "Necesitamos que cambies, o necesitamos que encuentres otras oportunidades".¿Cómo se aplica este modelo en una empresa multinacional, como es la suya? En general, encontramos que es una verdad universal el que las personas quieran saber quiénes son y qué hacen. Descubrimos que el liderazgo humano es aplicable en todos los países en los que operamos, porque encontramos que las personas tienen el mismo corazón y, por tanto, quieren que sus vidas tengan sentido y quieren ser parte de una organización que se preocupa por ellos. Los gobiernos no pueden proteger la forma en la que los trabajadores son tratados, a pesar de todas las leyes que hay. No pueden dictar leyes para definir cómo tratar a las personas con respeto y dignidad. Y este es un problema global. Una de sus empresas, BW Papersystems, se encuentra en Barcelona. Tenemos una pequeña oficina en Barcelona, y recientemente adquirimos una empresa en Logroño que fabrica para la industria láctea. Estos días me he encontrado con un tremendo nivel de interés en el mensaje que intentamos transmitir. Nos encantaría hacer crecer nuestro negocio en España.