Hacienda busca establecer un nuevo impuesto especial sobre el transporte aéreo. Con esta medida, España se suma al grupo de países liderados por Holanda que han anunciado subidas fiscales para desincentivar el uso del avión. La proliferación de este tipo de tasas ha puesto en alerta a las aerolíneas, que ven estas iniciativas un perjuicio para los pasajeros y no una vía para reducir los combustibles fósiles."He perdido la cuenta del número de impuestos que se han aprobado con la excusa de la sostenibilidad y no hay ninguno que esté sirviendo para descarbonizar la industria. Queremos que sirvan para descarbonizar el sector, no para que volar sea más caro", apuntó Johan Lundgren, consejero delegado de easyJet, durante la rueda de prensa organizada por A4E para exigir la implantación del Cielo Único, que eliminará 25 millones de toneladas de CO2 al año y a ahorrar 37.000 millones. "Las tasas no ayudan a reducir el CO2", apuntó el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr.Así, los primeros espadas de las aerolíneas arremetieron contra los impuestos verdes, porque no se están destinando a invertir en nuevas tecnologías o a impulsar los combustibles sostenibles que permitan reducir un 85% las emisiones. "IAG pagó 967 millones en impuestos y ni un céntimo se destinó a reducir las emisiones", aseguró Willie Walsh, jefe del holding aéreo.