El brote del Covid-19 continúa con su contagio a través de las cadenas de producción y operaciones de las empresas de todo el mundo. Una situación que amenaza ya con revisar los peores datos de crecimiento para la economía mundial desde la crisis financiera. A medida que la epidemia se extiende, no solo geográficamente sino en el tiempo, las compañías calibran un mayor im-pacto en sus cuentas, especialmente aquellas que operan en China, epicentro de esta crisis. En una encuesta publicada el jueves por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en el país asiático (AmCham China, por su siglas en inglés), casi la mitad de las 150 empresas participantes aseguraron que esperan que sus ingresos este año en el mercado chino disminuyan si sus operaciones no vuelven a la normalidad antes del 30 de abril. Peor aún, cerca de una quinta parte indicó que sus ventas anuales se reducirán más del 50% en la segunda mayor economía si la epidemia se extiende hasta finales de agosto."Los miembros de AmCham Chi-na, como gran parte de la sociedad, enfrentan una gran cantidad de incertidumbres en la lucha contra Covid-19", reconoció el presidente de AmCham China, Greg Gilligan, en un comunicado. "Hay, a corto plazo, un impacto negativo claro y significativo en las operaciones para las empresas, a través de interrupciones de viaje, reducción de la productividad, aumento de los costes, caídas significativas en los ingresos y otros factores", añadió.Una advertencia que los estrategas de Goldman Sachs reflejaron en su revisión de los beneficios de los componentes del S&P 500. En una nota a sus clientes, su estratega jefe en EEUU, David Kostin, redujo desde los 174 dólares hasta los 165 dólares las nuevas proyecciones de beneficio por acción (BPA) para el indicador, una cifra que implica un crecimiento nulo para las ganancias en 2020. "Nuestras estimaciones reflejan la severa disminución de la actividad económica china en el primer trimestre, la menor demanda final para los exportadores estadounidenses, la interrupción en las cadenas de suministro de muchas empresas estadounidenses, la desaceleración de la actividad económica de EEUU y la elevada incertidumbre comercial", justificaba Kostin. Esta situación también se dejará notar en 2021, cuando el BPA del S&P 500 será de 175 dólares en lugar de los 183 dólares previamente estimados. Goldman indicó que espera que el S&P 500 opere en torno a los 2.900 puntos en el corto plazo, un 14,4% por debajo del cierre récord del índice, marcado el pasado 19 de febrero, asumiendo que el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años caerá al 1%. Si la rentabilidad del bono sube al 1,5%, Goldman espera que el S&P 500 toque los 3.400 puntos a finales de año.Pero dejando de lado los movimientos bursátiles, este jueves Bank of America recortó su previsión para el crecimiento mundial a su nivel más bajo desde el pico de la crisis global financiera en 2009. "Hemos recortado nuestra previsión del crecimiento mundial de 2020 a 2,8% (desde 3,2%). Esta sería la lectura más baja desde 2009", dijeron economistas del banco en una nota enviada a sus clientes, donde añadieron que también sería la primera vez en que se prevé una expansión menor al 3% desde la Gran Recesión.Los economistas del banco estadounidense rebajaron sus previsiones para la eurozona en casi medio punto porcentual hasta el 0,6% este año manteniendo sin cambios las de 2021, cuando se proyecta un crecimiento del 1,1%. En el caso de España, se rebaja el crecimiento en 2020 en dos décimas, hasta el 1,4%, y en una el que viene, hasta el 1,4%. Desde Bank of America tantean que Europa recibirá pequeños y tardíos estímulos fiscales para apuntalar el crecimiento en la segunda mitad del año aunque se mostró bastante cauto a la hora de asumir que una intervención rápida y significativa por parte del BCE. El banco estima que China anotará un crecimiento del 5,2% este año, por debajo del 5,6% anterior. En el caso de EEUU, experimentará una desaceleración hasta el 1,7% en el ejercicio de 2020.