Ferrovial proyecta ingresar 4.000 millones de euros en dividendos de sus participadas entre 2020 y 2024. Una meta en la que su negocio de autopistas contribuirá con unos 3.300 millones. Y de entre todas ellas sobresale la 407 ETR de Canadá, que en el primer pago de este año ya ha aprobado un incremento de la retribución a sus accionistas del 24,8%. Un fuerte crecimiento que se sustenta en los positivos resultados de la concesión y que abunda en los registrados en los últimos años. La concesionaria que gestiona la autopista de Toronto, de la que Ferrovial tiene el 43,23%, ha aprobado la entrega de un primer dividendo en 2020 de 0,403 dólares por acción, lo que supone un 24,8% más. El grupo que dirigen Rafael del Pino e Ignacio Madridejos obtuvo por su autopista canadiense 74 millones de euros en el primer trimestre de 2019, por lo que con este aumento la cantidad se elevará a alrededor de 92 millones. En 2019, la 407 ETR entregó a sus accionistas un total de 1.050 millones de dólares canadienses (724 millones de euros), con un alza del 14,1% con respecto a 2018. A Ferrovial le correspondieron 309 millones de euros, un 13,2% más -la diferencia se debe al cambio de divisa-. Desde 2015, la compañía ha recibido ya de su principal activo un total de 1.330 millones de euros. La autopista canadiense generó unos ingresos de 1.505,3 millones de dólares en 2019, un 8,3% más. El resultado bruto de explotación (ebitda) ascendió un 8,1%, hasta 1.309,1 millones de dólares, y el resultado neto se situó en 575,7 millones de dólares, un 6,8% más. La 407 ETR se erige en el principal generador de recursos de Ferrovial, por delante del Aeropuerto de Heathrow, del que posee el 25% y que en 2019 registró un incremento de los ingresos del 3,4%, hasta 3.070 millones de libras (3.640 millones de euros), y del beneficio neto del 29,6%, hasta 271 millones de libras (321 millones de euros).Ferrovial obtuvo por los dividendos de sus infraestructuras unos 500 millones de euros en 2019, en un ejercicio en el que recibió el primer pago de la NTE de Texas. Las retribuciones de sus autopistas y aeropuertos contrarrestan los problemas que afectaron a varios contratos de construcción en Estados Unidos, así como el coste de la rescisión del contrato de Birmingham de su filial británica de servicios Amey y las minusvalías por la venta de la australiana Broadspectrum.