El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip Lane, recordaba el viernes que los miembros del organismo tienen "súper claro" que están listos para recortar tipos si es necesario. Sin embargo, durante la reunión del G-20 del fin de semana, los banqueros centrales de Francia e Italia evidenciaron que ellos no lo consideran tan sencillo y piden apoyo de los gobiernos con políticas fiscales para hacer frente al coronavirus.Lane reconocía el viernes, en una entrevista concedida a Bloomberg, que el impacto total del coronavirus seguía siendo desconocido. Lane hablaba antes de conocerse un incremento de los contagios en distintas partes del mundo, como el que se ha producido en Italia durante el fin de semana. Las palabras de Lane quedaron en entredicho durante el sábado y domingo, cuando François Villeroy de Galghau e Ignazio Visco, presidentes del banco central de Francia y de Italia, dudaron de la capacidad del organismo de recortar tipos y pidieron apoyo de los gobiernos de la zona euro."Si no se aprecia una recuperación rápida en V [el escenario base que maneja Philip Lane] se requerirá una actuación coordinada", señaló Visco, quien pidió "utilizar políticas fiscales ya que la política monetaria ya es muy acomodaticia en todo el mundo, y es muy poco probable que podamos hacer mucho más en ese frente". Esta opinión encaja con la de Villeroy de Galhau, quien señaló que "existe la percepción de que la colaboración entre distintas políticas debe fortalecerse para pelear contra el coronavirus, no puede ser por sí sola la política monetaria", para la que cree que todavía hay "cierto espacio, pero es más limitado que en el pasado", explicó el economista francés.Más compras de corporativoLa recuperación "en V" es un escenario que cada vez está más en entredicho, con las últimas noticias sobre el incremento de los contagios. Desde Axa Investment Managers, Gilles Moëc, economista jefe, señala cómo "los consensos previos de una fuerte recuperación en V empiezan a parecer cada vez más cuestionables". En su opinión sólo podrá utilizar, de forma efectiva, un incremento en las compras de deuda corporativa dentro del QE.Los recortes de tipos, "tendría un efecto debilitador en el euro frente al dólar, lo que provocaría un estrés adicional en la ya tensa relación comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea", señala. Descartadas estas dos opciones, la baza del BCE sería aumentar las compras de deuda, y especialmente la corporativa, ya que "el único escenario en el que el BCE entraría a comprar bonos soberanos sería si los diferenciales empiezan a crecer en algunos países", y "dado lo sensible que es políticamente la compra de bonos soberanos y el poco margen de maniobra del BCE, creemos que la entidad estudiará otras opciones", explica Moët, añadiendo que aumentar la compra de bonos corporativos "es menos problemático desde un punto de vista técnico y político".