La historia de buena parte de las grandes fortunas españolas está vinculada con pequeños negocios familiares no cotizados que se convirtieron en reconocidas compañías a nivel mundial. Desde una multinacional textil que nació a manos de una pareja que cosía batas de guata a mano (Inditex) a uno de los grandes líderes de la distribución nacional cuyo origen se remonta a unas tiendas de ultramarinos (Mercadona), pasando por el éxito de una farmacéutica familiar que creaba medicamentos tan conocidos como el Frenadol (Laboratorios Abelló). Por eso, no es de extrañar que cada vez más fortunas españolas estén incrementando su apuesta por el capital riesgo, un negocio basado en la toma de participaciones temporales en compañías no cotizadas con el objetivo de dotarlas de financiación y profesionalización para que puedan crecer. Esto, además, está también muy relacionado con la falta de activos líquidos que den buenas rentabilidades, lo que está impulsando un viraje de la inversión de estas grandes fortunas hacia esta industria.Según el informe de la consultora Preqin, seis de cada diez family offices de todo el mundo han invertido de forma directa en compañías funcionando como un fondo de capital riesgo al uso o bien a través de otros gestores de estos vehículos. Las perspectivas de los expertos apuntan a que esta tendencia seguirá al alza en los próximos años. En España existen grandes de estos ejemplos como Torreal (el brazo de inversión de la familia Abelló), Artá Capital (el fondo en el que participa la familia March), Omega Capital (el holding de inversión de las Koplowit) o Atitlán (la firma de inversión de Roberto Centeno), que llevan años apostando por este negocio. Sin embargo, en los últimos meses el mercado español del capital privado ha abierto sus brazos a nuevos jugadores que amasan grandes fortunas como los Cosentino (propietarios de la multinacional del mismo nombre), los Carulla Font (dueños de Gallina Blanca o Avecrem), Lorenzo Fluxá (dueño de Camper y del 30% de la hotelera Iberostar) o Rafa Nadal (que recientemente se ha unido a Mabel Capital, la firma de inversión de Abel Matutes y Manuel Campos), que se suman también a un gran número de nombres cuasi desconocidos con patrimonios más modestos que se han colado en el sector de la mano de la banca privada. En palabras de Javier Muguiro, managing partner de MdF Family Partners, "la realidad es que los activos de private equity rentan más del doble que los activos financieros o mobiliarios. De media, el capital riesgo renta el 8,5%, el inmobiliario el 3,5% y el financiero el 2,5%". Maite Lacasa, también managing partner de MdF Family Partners, continúa explicando que "es cierto que estamos viendo más interés para invertir en el sector del capital privado por parte de todas las familias en general y creo que la principal razón es la falta de otras alternativas que les den esta rentabilidad. En renta fija no pueden invertir nada, en inmobiliario está todo carísimo, en renta variable también, etc. Sin embargo, hay otra razón también, el empuje de la banca privada hacia este producto". En este sentido, es importante el papel que ha jugado este tipo de entidad en los últimos tiempos, facilitando a sus clientes el acceso a vehículos especializados, ya sean propios o de terceros, reduciendo a unos 500.000 euros el ticket de entrada a estas inversiones, frente a los 5 millones habituales.No obstante, todos los expertos consultados por elEconomista Capital Privado son cautos y explican que no todo el mundo puede ni está preparado para invertir en el sector, especialmente en inversiones o coinversiones directas, ya que la estrategia siempre tiene que estar muy marcada por el nivel de patrimonio y la cantidad de recursos que se le pueden dedicar. Así, Ricardo Miró-Quesada, managing director y chief investment officer de Private Equity de Arcano, explica que "muchas de estas grandes fortunas han hecho su dinero invirtiendo en compañías no cotizadas. Por ello, se sienten cómodos invirtiendo en private equity y creen que es una buena forma de seguir haciendo crecer su patrimonio. Sin embargo, en las estrategias de inversión directa, hay que tener muy presente que la forma de originar operaciones y de ejecutarlas es clave, por lo que es fundamental haber desarrollado un equipo capaz de realizarlo y para ello necesitas también una escala en cuanto a tamaño del patrimonio. A su favor juega que aportan a los empresarios profesionalización y un socio más largoplacista que un fondo de capital privado al uso.La diversificación, claveRespecto al tipo de inversión deseada, los expertos consultados explican que varía mucho de un perfil a otro. Algunos quieren invertir de forma directa en operaciones, otros a través de gestoras de capital privado, otros quieren coinvertir en una operación determinada porque les atrae un proyecto empresarial concreto. Según Miguel Zurita, presidente de Ascri y managing partner de Altamar, buena parte de las inversiones de estos grandes patrimonios son en el segmento del private equity puro. "Vemos que están empezando por él y conforme se vaya ganando experiencia y confianza probablemente se vaya complementando con otros", explica.