Las compañías piden un marco regulatorio que permita el impulso de esta tecnología en EspañaLa inteligencia artificial está irrumpiendo con fuerza en nuestras vidas y se está introduciendo en todos los sectores de la economía, la sociedad y la política, generando un importante impacto financiero. Concretamente, se estima que "el impacto económico de la IA en 2030 será de alrededor de 15 trillones de dólares (13 billones euros), lo que supone un 16% de incremento del PIB mundial, y la distribución de ese valor será muy desigual en el mundo y entre empresas", explica Javier Sánchez, Chief Innovation Officer de AEDAS Homes.Durante su intervención en la Jornada Ética e Inteligencia Artificial, organizada por elEconomista en colaboración con AEDAS Homes, Esade, Everis y Russell Reynolds, el directivo destacó que "las empresas más avanzadas, un 10% del total, se beneficiarán de manera desproporcionada de la IA en los próximos cinco a siete años". "La Inteligencia Artificial empezó como un conjunto de tecnologías que se programaban a sí mismas. Ya no era el humano el que programa, si no que a partir de unos datos aprendía algorítmicamente y ofrecía un resultado. La IA ya no en una tecnología. Es una infraestructura que tiene repercusiones en el ámbito social, económico y político. Y los retos éticos de un software que se escribe a sí mismo son enormes", apuntó Sánchez, que destacó que "lo que hemos querido hacer con el '1er Barómetro de Ética e Inteligencia Artificial' es poner en la agenda de los consejeros y de los CEOs de las compañías más importantes del país el hecho de que tenemos que estar informados, concienciados y preparados para sacarle el mayor beneficio a la IA".Miedos hacia esta tecnologíaSegún los expertos, todavía son muchas las empresas que desconocen o desconfían de las ventajas que puede aportar la IA a sus negocios y de hecho, los resultados del barómetro arrojan que el 56% de los encuestados creen que los dos principales inconvenientes de aplicar esta tecnología en sus compañías son la vulnerabilidad de la ciberseguridad y la toma de decisiones erróneas. En esta línea, Mayte Hidalgo, Head of Al Strategy & Al Ethics de Everis, apunta que "se ha generado mucho ruido y cierta alarma social entorno al uso de la inteligencia artificial, por eso hace falta un proceso de culturización en las compañías, para que comuniquen de una forma más clara el uso que se hace de los datos y de este modo generar confianza entre las personas. Esto es algo clave para que su implantación sea exitosa". Así, la directiva cree que "tenemos que ser transparentes en la trazabilidad de todo el ciclo de vida del algoritmo y del dato. Además, en esos algoritmos de deben incorporar criterios éticos, que sin duda van a marcarlos próximos desarrollos que se llevarán a cabo en las compañías". Actualmente, España es el segundo país más envejecido del mundo y vamos camino de convertirnos en el primero. "Sin la ayuda de la IA no vamos a poder abordar ese reto, ya que vivimos en un mundo con recursos limitados y además, estos están desigualmente distribuidos", explica Nuria Oliver, Chief Data Scientist, Data Pop Alliance de Vodafone Institute. Según la experta, "las 100 personas más ricas del mundo tienen más que las 4.000 personas más pobres del mundo. Sin la ayuda de la IA no vamos a poder afrontar esta situación. No es la solución pero si parte de ella". Aunque "ya interaccionamos día a día con sistemas de inteligencia artificial, su desarrollo tiene un importante recorrido por delante", apunta Oliver, que cree que la regulación es una de las principales barreras con las que se encuentra el crecimiento de la IA a nivel global". Decisiones justas y objetivasSegún la experta, entre las ventajas sociales que puede aportar la inteligencia artificial destaca la toma de decisiones más justas y objetivas. "Se pueden tomar decisiones basadas en la evidencia si utilizamos algoritmos que analicen datos que reflejan la realidad subyacente. De este modo, en un futuro podríamos tomar decisiones que sean agnósticas, ya que los algoritmos no son susceptibles a la corrupción, no tienen amigos ni enemigos, ni tampoco pasan una mala noche. Con este sistema tanto las empresas como las administraciones pueden ser mas eficientes y prestar un mejor servicio a la ciudadanía", apunta Oliver. La clave, según la experta, es asegurarnos de que los sistemas que usamos no adolecen de las limitaciones humanas. Asimismo, otro reto radica en el problema del acceso a los datos. "Un porcentaje de datos valiosos para mejorar la toma de decisiones públicas son datos privados, y por otro lado, nos encontramos con las limitaciones de las capacidades de la Administración pública en el ámbito de los datos, ya que hay mucha información pública ya existente que tampoco se está aprovechando ahora mismo", indica Oliver, que destaca que en cualquier caso, "ahora mismo no existe la seguridad necesaria para lanzar algoritmos que puedan ser totalmente objetivos". "Los sistemas actuales pueden discriminar y magnificar patrones discriminatorios que están presentes actualmente en la sociedad. Además, estos sistemas son opacos y difíciles de entender sobretodo para personas no expertas". En este sentido, Jesús Arévalo, Executive Search And Assessment Consultant de Russell Reynolds, apunta que cuando llegue el momento en el que la IA esté lista para tomar decisiones podríamos encontrarnos con otro problema. "Dentro de unos años la manera de pensar humana no va a ser la única, vamos a tener otra forma de pensar más estadística, que seguirá patrones, y eso va a generar conflicto dentro de la cultura de la empresa, que se va a tener que adaptar a esa nueva dinámica. Siempre habrá humanos tomando una decisión final, que puede que muchas veces no estén de acuerdo con la respuesta que les da la IA". En la misma línea, Javier Sánchez, considera que "la IA es un pilar central de los cambios disruptivos de la 4ª Revolución Industrial. Una revolución que probablemente desafíe nuestras ideas sobre lo que significa ser humano y que podría ser más transformadora que cualquier otro avance que hayamos vivido hasta ahora".Por otro lado, Arévalo destaca la necesidad de apostar por la formación en el mundo de la inteligencia artificial ante la falta de profesionales cualificados en este área. "Para aprovechar bien la IA hacen falta tres cosas: datos, capacidad de procesamiento y técnicos. La capacidad de procesamiento está bastante democratizada. La clave son los datos y las personas".Según el directivo, Estados Unidos acapara el 42% de la población experta en IA, mientras que Europa apenas tienen un 4%. China es la segunda mayor potencia, con una cuarta parte de esta población. "En Inteligencia artificial hay mucho movimiento internacional. Hasta ahora había muchos chinos trabajando en EEUU, pero se están volviendo a su país ante la cantidad de datos que se manejan en China. De hecho, más de la mita de los ingenieros chinos han trabajando antes en EEUU", concreta Arévalo, que destaca que "los profesionales de IA no piensan en carreras a largo plazo, piensan en los proyectos. Y eso conviene tenerlo en cuenta a la hora de atraer y retener a estos líderes". El papel de los directivos"El progreso va de como la tecnología hace la sociedad y las compañías mejores, y eso es responsabilidad de los que estamos en los consejos y en posiciones ejecutivas. Tenemos la obligación de que realmente las cosas cambien y la tecnología hoy es una palanca de competitividad", explica Cristina Álvarez, Global CTO de Banco Santander. De la misma idea es Xavier Ferrás, Professor at Departmen of Operations, Innovation and Data Sciences de Esade. "En un mundo inundado de tecnología va a ser cada vez más importante la visión humanística y ética. Vamos a tener que redefinir nuestra relación con las máquinas porque vamos a cooperar con ellas, vamos a competir y vamos a tomar decisiones con su ayuda y eso seguramente reconfigura la figura del perfil directivo", destaca el experto. Para que la inteligencia artificial pueda desarrollarse con éxito en nuestro país, "las compañías tienen que dejar de ver la tecnología como algo que solo elimina puestos de trabajo. Eso no es un centro de coste que tienen que ser más eficiente. El verdadero valor de la tecnología es como transforma las compañías para hacerlas más eficientes y para tener mejor resultado de negocio", apunta Álvarez, que cree que "es fundamental que los lideres hagan ese cambio, la transformación de la sociedad tiene que venir por su parte". Así, la directiva de Banco Santander considera que "en España tenemos gente preparada con la capacidad de empujar todo esto y además, ahora tenemos una oportunidad buenísima en Europa alrededor de ese marco regulatorio y legal para que la inteligencia artificial se potencie".