Ganó 422,6 millones en 2019, un 4,4% menos que en 2018, pero supera objetivosEnagás reveló ayer las líneas generales de sus planes para el período 2020-2026, en el que prevé repartir un mínimo de 3.138 millones de euros, que podría incrementar con facilidad, gracias a un potente flujo de caja. La compañía presidida por Antonio Llardén hizo el anuncio durante la presentación de los resultados de 2019, ejercicio en el que ganó 422,6 millones, un 4,4% menos que en 2018, pero superando sus expectativas de 417 millones y anotándose una provisión extraordinaria de 48 millones por la cancelación del gasoducto con Francia. Superada la incertidumbre provocada por la reforma normativa de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia a sus actividades reguladas –el transporte y la regasificación cobrarán un 10% menos entre 2021 y 2026, quedándose en 5.920 millones–, la empresa encara los próximos años con un creciente peso de sus participadas internacionales, que ya este 2020 le deberían aportar 235 millones, más de la mitad del beneficio previsto, de 440 millones.1.648 millones discrecionalesCon un flujo de caja de 5.378 millones hasta 2026 –considerado "muy interesante" por el presidente–, Enagás se reserva 1.648 millones de uso discrecional; incluyen los 459 millones que reclama a Perú en el arbitraje por el Gasoducto Sur Peruano y que espera cobrar en 2022. Con el resto, piensa repartir 3.138 millones en dividendos –crecerán al 1% anual hasta 2023, y luego se estabilizarán, como mínimo, en el nivel de 1,74 euros por título hasta 2026– e invertir 1.197 millones.Estas previsiones no incluyen nuevas adquisiciones en el extranjero –viene acometiendo una por año y probablemente siga al mismo ritmo– y el propio Llardén afirma que el dividendo "podría subir" por encima de los prometidos 1,74 euros por título, pero que no quiere "pontificar" sobre lo que ocurrirá a cuatro años vista, optando por "garantizar ese mínimo sin ningún tipo de problema, porque el cien por cien de nuestros inversores busca estabilidad, no grandes sorpresas".Sea como fuere, la compañía también aprovechó para anunciar su compromiso de alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono en 2050, fijando una senda de reducción de CO2 del 25% hasta 2030 y del 61% para 2040. Entre 2014 y 2018, ya ha bajado sus emisiones un 47%. La decisión no conlleva ajuste económico alguno, porque el gas será el protagonista de la primera fase de la transición energética y, en teoría, las infraestructuras serán necesarias más adelante, con hidrógeno y gases renovables; de momento, la firma invertirá en ellos unos 300 millones durante el próximo quinquenio, aunque el consejero delegado, Marcelino Oreja, cree que esa cantidad será mayor.Con relación al ejercicio vencido, Enagás alcanzó un volumen de negocio de 1.151 millones, un 1,5% más bajo que el año precedente, con un resultado bruto operativo de 994,8 millones, un 5,4% mayor. El resultado de las participadas ascendió a 162,1 millones, un 38,5% más, por la aportación de Tallgrass Energy (EEUU) y Desfa (Grecia).El flujo de caja alcanzó los 877,2 millones, un 9,4% superior a 2018. La inversión ascendió a 704,7 millones, incluyendo el desembolso para alcanzar el 12,6% en Tallgrass. La deuda cerró en 3.755 millones de euros, y la ratio flujo de caja/deuda neta, incluyendo la consolidación global de dos meses de GNL Quintero, se situó en 20,2%, con un coste financiero del 2,2%.