La Fiscalía considera que la compañía conspiró para hacerse con propiedad intelectual de al menos seis firmasLa saga del Gobierno estadounidense contra la compañía de telecomunicaciones china Huawei sumó ayer nuevos elementos de tensión. Las autoridades federales incluyeron nuevas acusaciones de extorsión y conspiración para robar secretos comerciales contra el fabricante de equipos, dos de su filiales a este lado del Atlántico y su directora financiera, Meng Wanzhou, a la espera de su extradición en Canadá, donde se encuentra bajo arresto domiciliario.Los cargos adicionales forman parte de un caso criminal ya presentado contra Huawei en un tribunal federal de Brooklyn, Nueva York, en enero del año pasado. Sin embargo, ahora los fiscales estadounidenses consideran que la compañía china robó propiedad intelectual de al menos seis empresas de EEUU. Específicamente se detalla que logró información material no disponible públicamente relacionada con robótica, tecnología de antenas móviles y código fuente de routers de Internet. De esta forma Estados Unidos acusa formalmente a la compañía de un total de 16 cargos. Los tres nuevos cargos incluyen conspiración para robar secretos comerciales, conspiración para cometer fraude electrónico y conspiración de crimen organizado, bajo la Ley de Organizaciones Corruptas, (RICO por sus siglas en inglés).El Departamento de Justicia de EEUU explicó que Huawei supuestamente implantó una política que incluía un programa de recompensas a los empleados que obtuvieran información confidencial de sus competidores. Esta cláusula determinaba claramente, según los fiscales estadounidenses, que aquellos trabajadores que proporcionasen información valiosa serían bonificados financieramente.La nueva acusación también indica que la compañía violó las sanciones contra países como Corea del Norte e Irán al utilizar intermediarios locales para entregar sus equipos.Los nuevos cargos se producen días después de que los funcionarios estadounidenses hayan determinado que Huawei ha podido acceder en secreto a las redes de telefonía móvil mediante el uso de "puertas traseras", a las que en EEUU solo se puede acceder bajo un permiso judicial. Algo que Huawei negó.