Ricardo Álvarez se incorpora a la compañía y reportará a Karl-Heinz HollandDia ha reforzado su estructura directiva con la incorporación como consejero delegado en España de Ricardo Álvarez, un exdirectivo de Lidl, donde llegó a ocupar la vicepresidencia y dirección de operaciones en España y en Estados Unidos. El fichaje se suma al de Karl-Heinz Holland, consejero delegado del grupo, que venía también de la cadena alemana de supermercados y que ha traído a otros directivos también de la misma empresa. "Quiero dar la bienvenida a Ricardo Álvarez y agradecerle que asuma el liderazgo del cambio quenecesita la compañía en España. Álvarez cuenta con un gran recorrido profesional en el sector y posee un perfil dinámico, ágil, orientado a la consecución de objetivos ambiciosos y resultados excelentes, con una pasión clara por el cliente", subrayó ayer Holland. Ricardo Álvarez insistió, por su parte, en que "mi compromiso en Dia es con sus 26.000 empleados y 1.500 franquiciados que están volcándose, a pesar de las dificultades, en dar el mejor servicio". Ingeniero agrónomo con especialización en Industria de Procesamiento de Alimentos por la Universidad Politécnica de Madrid y máster en Dirección de Empresas por el Instituto de Empresa, la carrera profesional de Álvarez siempre ha estado ligada al sector de la distribución. Se unió al equipo de ventas de Tesco en Bray (Irlanda) y desde allí dio el salto al sector de distribución de la alimentación en España como responsable de diferentes zonas en Lidl, donde ha liderado importantes proyectos de expansión, ventas y de creación de equipos. Desde 2013 hasta 2018 ha sido director ejecutivo de operaciones de España y durante los últimos años de Estados Unidos.La cadena de supermercados Dia registró unas pérdidas netas de 504,3 millones de euros en los nueve primeros meses del año pasado, lo que supuso once veces más respecto a los números rojos de 45,8 millones de euros que se anotó un año antes. La compañía achacó este resultado al impacto negativo de una serie de factores, principalmente en el primer semestre, y que han contribuido de "manera negativa" en sus cuentas como el despido colectivo en España y el recorte de plantilla en Brasil, el cierre de 757 tiendas deficitarias -de las cuales 94 fueron en el tercer trimestre- o la interrupción de actividades no estratégicas para reducir la complejidad y mejorar la eficiencia, entre otros. Entre enero y septiembre, las ventas netas alcanzaron los 5.083 millones, lo que supone un descenso del 7,4%, mientras que el resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado se situó en 95,2 millones, un 48,9% menos. La deuda neta total a finales del mes de septiembre asciende a 2.556,7 millones de euros, de los cuales 707,2 millones correspondían a la aplicación de la nueva norma que obliga a contabilizar los alquileres.