La entidad logra un beneficio de 1.704 millones, un 14% menos por el ERESensatez con el déficit y la deuda, y nada de gravar a la banca. Estas fueron las peticiones al Gobierno de España del presidente de CaixaBank, Jordi Gual, y el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, en la rueda de prensa que ofrecieron en Valencia para explicar los resultados anuales de la entidad financiera, que en 2019 registró un volumen de negocio de 611.692 millones de euros (un 4,7% más), y un beneficio de 1.705 millones de euros (un 14% inferior por el impacto del ERE aplicado durante el año de 2.000 empleados). Sin el impacto del ajuste laboral el resultado habría sido de 2.390 millones, de modo que el beneficio habría crecido un 20,4%, según la entidad.CaixaBank confía en que el nuevo Gobierno de PSOE y Unidas Podemos no introduzca nuevas trabas al sector en forma de subida de impuestos. Preguntado sobre el nuevo Ejecutivo, Gual subrayó inicialmente que "es bueno que tengamos un Gobierno, un gobierno de coalición en este caso, en línea con los acuerdos de gobierno que se están produciendo en Europa". Si bien agregó que "por suerte, Europa marca las pautas en torno a cuestiones como el déficit presupuestario". "España no debe abandonar la senda de la consolidación fiscal, por su elevada deuda pública. Aunque esto puede ser compatible con el desarrollo de las políticas que considere", planteó .Ya en materia de tributos, Gual se pronunció con mayor contundencia: "Veremos cuáles son las medidas que toman. Sobre el impuesto de Sociedades, hay que decir que detrás de las sociedades están los accionistas, en buena medida pequeños accionistas". Y en cuanto a impuestos directos a la banca, dijo que "no tiene explicación alguna, la banca ya paga más impuestos que otros sectores". También preguntado sobre la posible contrarreforma laboral, mostró su preocupación de forma ambigua: "Nuestra opinión es que se consulte a expertos y se llegue a acuerdos. Las buenas intenciones no siempre son suficientes", afirmó.Del conjunto de las cifras que presentaron ambos directivos hicieron especial hincapié en sus avances en materia comercial. Gortázar subrayó el "liderazgo en banca minorista" de CaixaBank con 15,6 millones de clientes (2,2 millones más de los que tenía en 2014) y una penetración del 28% entre los clientes particulares de España y del 13% de los de Portugal. Respecto a sus clientes "vinculados", aquel que tiene "tres o más familias de productos o servicios", Gortázar destacó que han pasado del 60,6% en diciembre de 2018 al 62,7% al cierre del pasado 2019.Ambos, una vez más, fueron preguntados sobre los "tambores de fusiones", y la respuesta fue evasiva: "Tenemos un plan claro hasta 2021 basado en el crecimiento orgánico. Tenemos un tamaño y una presencia territorial que nos permite crecer y tener éxito. Las distracciones de fusiones no nos interesan".Y sobre los tipos de interés mostraron su resignación. "Tenemos una política muy prudente. Trabajamos con la hipótesis del mercado, que prevé unos tipos planos hasta mediados de 2021. Es una perspectiva de tipos bajos durante un largo tiempo. Otros productos nos permiten navegar, pero es evidente que impactan en nuestra relación con la clientela", advirtió Gual.