Casi nadie duda de la valía de Luca de Meo, que se ha plasmado en una carrera meteórica que le ha llevado en 25 años a convertirse en el máximo directivo del segundo grupo automovilístico del mundo, la Alianza Renault-Nissan, tras anunciar el martes que abandona la presidencia de Seat. El grupo francojaponés solo es superado en ventas por el grupo Volkswagen, al que pertenece "de momento" el italiano. Por tanto, se puede considerar que, tras Herber Diess, presidente del Comité de Administración del grupo Volkswagen, De Meo se convertirá en el segundo ejecutivo con más poder en la industria de la automoción, con permiso de Carlos Tavares, que ha ganado peso con la fusión de PSA y Fiat-Chrysler (FCA). Sin embargo, aunque ha sido una carrera de éxitos, Seat se ha convertido en el gran trampolín de lanzamiento de De Meo al estrellato en el sector. El italiano se hizo cargo de la empresa española en 2015, en medio de la salida de directivos que el Dieselgate provocó en el grupo Volkswagen. De la mano del español Francisco Javier García Sanz, que ocupó el cargo de vicepresidente mundial de la multinacional –alemana y a quien tres años más tarde De Meo sustituyó como máximo responsable del Consejo de Administración de Volkswagen en España, se le encargó dar la vuelta a los malos resultados de Seat. Años de beneficiosY los datos le avalan. Al año siguiente, en 2016, Seat entra en beneficios por primera vez en muchos años y, desde entonces, ha seguido en negro. Ganó 153 millones de euros aquel año, 191 millones en 2017 y 254 millones en 2018. En el primer semestre del pasado 2019 volvió a tener beneficios, concretamente 216 millones de euros, un 2% más que en el mismo periodo del año anterior. Los buenos resultados se explican por una agresiva reforma de la gama. A sus estrellas de ventas, el León y el Ibiza, De Meo sumó tres SUV: primero el modelo mediano, el Ateca, a la venta en 2016, al que siguió el más pequeño en 2017, el Arona, con un éxito desbordante hasta el punto de desbancar en ventas al Ibiza. Y el grande, el Tarraco, ha llegado a los concesionarios el año pasado. A estos tres, se ha sumado la renovación completa del León, el coche de más ventas de la marca. Luca de Meo, humilde, ha confesado que el giro en Seat lo inició su antecesor en el cargo Jürgen Stack-mann. De hecho, el alemán tuvo que batallar duramente con la matriz Volkswagen para que le aprobase el primer SUV, en un momento en que todas las marcas europeas ya contaban con uno o varios todocaminos en su cartera. En cualquier caso, son pocas las marcas que han podido duplicar su gama y, permitirse el lujo de limpiarla de modelos con poco éxito. Pero aunque la simiente estuviese sembrada, el trabajo se debe atribuir al ejecutivo italiano que, también, ha sido el encargado de recoger las mieses. En España recuperó el liderazgo, algo que se exige a toda marca en su país de origen, en 2018 tras matricular 107.328 coches, con un crecimiento del 13,6%, doblando el 7% de la media del mercado. El pasado año repitió primer puesto, con 111.982 coches, un 4,3% de crecimiento, que contrasta con un mercado que ha caído un 4,8%. Resultado en EuropaAunque lo que ha llamado la atención de sus colegas de profesión, dentro y fuera del grupo Volkswagen, han sido sus resultados en el mercado comunitario. Entre enero y noviembre, Seat se ha colocado como la marca con un mayor au-mento en sus matriculaciones, el 10,5% (416.788 vehículos), frente a un descenso del 0,3% de la media. Unas cifras que han permitido a De Meo una gran libertad de acción. El propio directivo reconoce que, desde hace un par de año, él decide las inversiones de Seat sin tener que pedir permiso a Alemania, una autonomía que la ha permitido dar uno de los pasos más arriesgados en su carrera: la creación de Cupra, una nueva marca para el Grupo Volkswagen, pero dependiente directamente de Seat. Lo que se inició como una subespecie deportiva y lujosa de la enseña española ha alcanzado entidad propia. Arrancó con una versión de la gama Seat, el Ateca, pero este 2020 reforzará su identidad con modelos propios: una versión Especial del Cupra Ateca y están anunciados un SUV, el Cupra Formentor, y el Tavascon, una mezcla de SUV y coupé. El primero tendrá una versión híbrida enchufable y el segundo será un eléctrico puro. Todo ello ha repercutido favorablemente en el empleo que Seat ha creado en la etapa De Meo, más de 2.000 puestos de trabajo, la mayoría en la factoría de Martorell (Barcelona), actualmente trabajando a pleno rendimiento.Pero también en actividades de alto potencial, como la I+D, pues los coches de la marca se diseñan y desarrollan en Barcelona. O con Seat Mobility Lab, que De Meo ha presidido hasta su salida de la marca, como un centro para desarrollar las nuevas formas de movilidad.