En un mercado inmerso en un proceso de transformación digital, Zapiens propone aunar filosofía e inteligencia artificial con un único objetivo: ayudar a las empresas a afrontar adecuadamente la transformación cultural, conectando las diversas áreas de una empresa entre sí. La compañía, fundada por Daniel Suárez hace cuatro años, se ha hecho con más de 10 galardones y colabora con multinacionales locales e internacionales.¿Qué es Zapiens?Lo explico normalmente de dos maneras. La primera, para que lo entienda mi padre y según nos definen muchos, es que somos el Google de la empresa y estamos para que los trabajadores aprendan. Si lo explicamos nosotros, decimos que somos un sistema de inteligencia colaborativa. Somos una aplicación que las compañías utilizan para poder entrenar a sus trabajadores en cualquier tipo de habilidad. Por otro lado, en la misma plataforma, hay un robot al que le puedes preguntar cualquier cosa y que queremos que conecte humanos y no que los sustituya. Estos bots normalmente reciben una preguntan y buscan la respuesta en los datos de la empresa, pero si ésta no se encuentra en la base de datos, que es lo que suele pasar, son capaces de predecir qué personas de la organización lo sabe. Por eso lo llamamos inteligencia colaborativa.¿Cómo es posible unir dos conceptos tan diferentes como filosofía e inteligencia artificial?En realidad yo creo que no son tan diferentes. Si analizamos la terminología de las palabras, "tecnología" viene del griego y quiere decir "conocimiento de las técnicas". Todas las empresas del mundo son tecnológicas, porque utilizan la tecnología. En nuestro caso, yo siempre digo que somos una empresa de filosofía, porque etimológicamente significa amor por el conocimiento. ¿Qué es la econología?Es un concepto en el que llevo trabajando años y es una manera de entenderme a mí mismo. Pero también es mi filosofía y cómo yo entiendo las cosas y que utilizo en mi empresa y en las que trabajamos. Para que todo el mundo lo entienda, no es más que juntar dos palabras: economía y ecología. Hacemos que esas dos palabras, que parece que se llevan mal, se den la mano y las entendamos. Y vuelvo a la etimología porque la palabra ecología viene del griego oîkos, que significa "casa", por lo que el concepto quiere decir "conocer la casa". Y economía es la gestión de una casa. Yo estudié economía, y siempre tuve un conflicto moral en el que me decía que no podía gestionar una casa que no conocía, porque creo que todo economista que se precie tiene que ser ecologista. Juntando las dos palabras sale econología, que para mi junta tres conceptos en la misma palabra: conocimiento, gestión y casa, que es precisamente lo que hago en la empresa: gestionar el conocimiento de las diferentes empresas. ¿Con qué empresas han trabajado y trabajan en la actualidad? ¿Cuál es su perfil?Trabajamos principalmente con multinacionales, pero desde este año también trabajamos con pequeñas y medianas empresas, como algunas peluquerías o academias. Al principio costó colaborar con empresas de menor tamaño, porque hubo que hacer muchísima inversión, pero a día de hoy estamos muy orgullosos de empezar a trabajar con ellas. En la actualidad estamos montando un modelo que puedan utilizar todo tipo de empresas. Recientemente publicó el libro 'Sócrates y la econología'. ¿En qué consiste?Son capítulos muy cortos, en los que tratamos de hacernos preguntas. Solo uno de cada cinco de los trabajadores de una organización, el 20 por ciento, se hace preguntas, y eso creo que es un problema del sistema educativo, que está diseñado como en el siglo XV, que durante 20 años los alumnos se dedican a escuchar y a hacer exámenes. Luego salimos al mundo real y la gente no se hace preguntas, que es lo importante. En el libro tratamos temas como la educación, el dinero, el crecimiento... y todo ello lo relacionamos con Sócrates, que para mí es mi filósofo de cabecera, porque era el único que no te quería contar ninguna "película". ¿Es un libro enfocado a la filosofía o a la economía?No sé decir, porque se habla de economía y todo lo que está en el libro se puede aplicar a las empresas. Pero también es un libro filosófico, porque intenta que nos hagamos preguntas, y no ir como hámsters en una rueda, corriendo sin saber dónde vamos. El libro plantea preguntas para saber si quieres estar en esa rueda o no quieres subirte.Al mezclar ideas tan opuestas, ¿cómo es el equipo que forma Zapiens?Hay un concepto que me gusta mucho: polímatas. Vivimos en un mundo en el que parece que todos los trabajadores tienen que estar especializado en algo. Obviamente, tenemos especialistas en datos, matemáticas, programación... que es lo que la gente espera de una empresa "tecnológica", pero también contamos con filósofos, psicólogos, pedagogos, etc. ¿Qué esperan del futuro próximo?Hemos abierto en Asturias otras dos oficinas, una en Gijón y otra en Somiedo. También estamos en Madrid, Berlín y San Francisco. De cara al futuro, queremos seguir disfrutando y pasándolo bien, que es lo más importante, ya que lo que no es divertido no es sostenible. Queremos seguir aprendiendo y cumplir con nuestro objetivo, que es hacer felices a los trabajadores, los cuales son lo más importante de una empresa... y para ello creamos Zapiens.