El operador elimina servicios tradicionales como el compromiso de puntualidad o la películaEl modelo comercial de AVLO, el low cost de Renfe, sigue los pasos de las aerolíneas de bajo coste como Ryanair: elimina decenas de servicios del AVE tradicional y cobrará por otros que ahora son gratuitos. Así, la estructura tarifaria está desglosada en un precio básico, que puede oscilar entre los 10 euros y los 60 euros en función del recorrido y la antelación de compra, y servicios adicionales que el cliente puede añadir. Entre estos servicios, también conocidos como ancillaries, se cobrará, en una primera etapa, por seleccionar el asiento, por la segunda maleta y por tener derecho a realizar cambios y anulaciones en los billetes. Y es que, el servicio de AVLO, que solo ofrecerá clase turista, tendrá asignación aleatoria de plazas y los billetes serán nominativos, como las aerolíneas, por lo que si el viajero quiere sentarse en un sitio especial o al lado de su acompañante tendrá que pagar un extra. En una segunda etapa, Renfe cobrará una tarifa por usar el WiFi (es gratis en los AVE), por acceder a la sala club, por pre-reservar los trayectos, por llevar mascotas y por sumar un billete de Cercanías. Y es que, el producto de alta velocidad y bajo coste elimina casi una veintena de servicios que ahora se ofrecen en los AVE normales, como el compromiso voluntario de puntualidad. El operador ferroviario se compromete con sus clientes a devolver el 50 por ciento del importe del billete si el AVE llega 15 minutos tarde al destino y hasta el cien por cien si el retraso es de media hora o más. Una ventaja que desaparece de AVLO, que se regirá por el reglamento de la UE, que obliga a devolver el 25 por ciento del importe del billete si el retraso es de hasta dos horas. Si es superior el viajero recuperaría el 50 por ciento. Otro servicio que se elimina es el billete combinado con Cercanías. Ahora el billete de AVE da acceso gratuito a los trenes de cercanías para ir a la estación, pero si se viaja con AVLO habrá que pagarlo. Dentro de los servicio bordo, el low cost de Renfe no tendrá ni WiFi premium, ni entretenimiento de vídeo ni audio. Es decir, ningún tren tendrá pantallas de televisión para ver una película, ni en el vagón ni en los asientos, algo que sí tendrán los nuevos trenes de la serie 106 (los Avriles de Talgo) que se destinen al AVE tradicional. Captación de tráficoTambién se elimina el servicio de acompañamiento de menores, el reparto de prensa y revistas y la restauración en plaza, (que solo se da en business). En este punto, se elimina todo lo que tenga que ver con la cafetería, incluido el bar móvil, y solo habrá máquinas de vending. Tampoco habrá coche del silencio, uno de los servicios más valorados. El low cost elimina una parte de los servicios porque no tendrá clase business, como ya se ha publicado, para aumentar hasta un 20 por ciento la capacidad de los trenes de la serie 112 que están modificando en los talleres de la Sagra (Toledo). En tierra, los pasajeros de AVLO no tendrán acceso a aparcamiento, a las salas club o a los puntos de última hora, además de que tendrán menos frecuencias. El mercado potencial de AVLO es la captación de tráfico procedente del vehículo particular, que suele ser elegido por las familias y los jóvenes por el menor precio unitario. Así, para captar a las parejas con niños pequeños, Renfe ha lanzado una tarifa infantil de cinco euros. Las condiciones para comprar este tipo de billete es que se emita junto con un billete de adulto y que el infante ocupe plaza. Renfe fija un máximo de dos niños por adulto y un tope de edad de 14 años para optar a esta tarifa. Como en el AVE tradicional habrá descuentos de 20 por ciento para las familias numerosas generales y del 50 por ciento para familia numerosa especial. La estructura de tarifas de Renfe es similar a la del bajo coste de SNCF en Francia, OUIgo, que tiene un billete infantil de 5 euros, un precio de entrada mínimo de 10 euros y lo normal es que se llegue a un máximo de 35 euros por trayecto. La compañía gala, que todavía no ha definido su futuro servicio en nuestro país aunque prevé empezar a vender billetes en verano, no cobra por el WiFi en sus trenes, nunca ha dado un servicio de vídeo y da la opción de subir gratis hasta dos maletas. Es decir, cobra por la tercera. Como las aerolíneas de bajo coste, también cobra por elegir asiento.