Gerardo Pérez cree que la automoción está en medio de la tormenta perfecta. Las declaraciones de Teresa Ribero han hundido el diésel, pero actualmente no hay una alternativa eficiente para el cliente.Al nuevo Gobierno, ¿qué tres cosas le pedirán los concesionarios?Primero, una interlocución fluida con los participantes en el sector de la automoción. Arrancamos bien con el Consejo Estratégico de la Automoción, pero no se ha reunido en todo un año. No tiene sentido que no se haya tomado ninguna decisión en este sector estratégico, en plena revolución tecnológica. Segundo, pedimos que ante un problema medioambiental se tomen medidas claras. Todos sabemos que el principal foco de contaminación son los coches antiguos; pues vamos a atacar el problema, para que la transición sea ordenada, sin atacar al diésel, pues actualmente emite mucho menos que uno antiguo.¿Y la tercera petición?Hay que trabajar en potenciar los vehículos cero emisiones. Una movilidad que en Europa empieza a ser importante, pero que en España está muerta, porque no tenemos infraestructura de recarga, porque no se hace suficiente énfasis desde las administraciones, que deberían facilitar que los ciudadanos con un coche antiguo lo puedan cambiar; y si es por un cero emisiones, mejor. ¿Por qué las matriculaciones caen en España por encima de la UE?Porque en 2019 se ha instalado un debate irracional sobre qué tecnología debe utilizar el ciudadano para desplazarse de forma medioambientalmente responsable. El ataque contra el diésel en España no se ha dado en otros países de la UE.¿Un ataque que parte de quién?A las declaraciones de la ministra [Teresa Ribera, de Transición Ecológica] se sumaron más ataques desde otros ámbitos, en buena parte, motivados por el desconocimiento. Un desconocimiento que ha provocado que este año el diésel caiga de forma dramática, aunque el cliente no tiene otra opción. El motor gasolina no es adecuado a los conductores que hacen muchos kilómetros y el eléctrico, con un desarrollo brutal, todavía no sirve a una buena parte de los ciudadanos. Por eso hay que dar tranquilidad al comprador, porque la realidad es que la gente que tiene un coche viejo, ante las dudas lo mantiene, no lo cambia.Más desconcierto: Faconauto ha dicho que las ventas de coches diésel deberían crecer un 20%. Hay que comprar más diésel para cumplir la normativa café de Bruselas, que exige que las emisiones medias de cada fabricante ronden los 95 g de CO2. Y si no cumplen, tendrán multas importantes. Y con los turismos diésel que se venden actualmente, un 27 por ciento del total, no se puede cumplir, porque el diésel emite menos CO2 que el gasolina. Por tanto, tienen que subir las ventas de diésel, bajar las de gasolina e incrementarse los eléctricos, los híbridos enchufables, etcétera.También dice Faconauto que, para cumplir con Bruselas, algunas marcas están presionando a sus concesionarios para que retrasen las ventas de eléctricos a 2020.Están pasando dos cosas. Primera, las marcas están orientando a los concesionarios sobre qué modelos debemos vender, lo que nos parece necesario, pues hay que cumplir la normativa café para evitar las multas y mejorar las emisiones de CO2. Pero otra cosa es que admitamos que se traslade el problema a la red. El problema es de los fabricantes, al cual nos sumamos, pero no admitimos que algún fabricante diga a sus concesionarios que debe vender tales motorizaciones y si no cumple es tu problema. ¿Cuándo dice que los fabricantes puedan decir 'es tu problema', a qué 'problema' se refiere?A que se diga a los concesionarios qué si no cumplen con las exigencias de ventas de motorizaciones, no les pagarán variables, bonos, etc. Es decir, le abocarán a la ruina, porque en un negocio de variables como el nuestro es inasumible perder cantidades importantes, como algunos fabricantes están planteando. Tenemos que trabajar juntos, pero no amenazar entre comillas a las redes.Han previsto 150.000 automatriculaciones para 'kilómetro cero' hasta enero. ¿A qué nivel están?A un nivel excesivamente alto. Las redes no admiten más automatriculaciones de coches que se quedan en los patios a espera de clientes. Superar un 5 por ciento del total de nuestras compras es peligroso y pasar del 10 por ciento, muy peligroso. Y estamos en el 11 por ciento de automatriculación, y como hay que vender ciertos motores, crecerán.Seguro que ya se lo han preguntado, pero ¿qué coche me compro?A los clientes les pregunto cuántos kilómetros hacen y si son en ciudad. Si no pasan de 5.000 kilómetros y son urbanosn deben comprar un coche de gasolina. Si hacen entre quince y veinte mil kilómetros, un diésel, porque produce menos emisiones y va a gastar menos en combustible. Y el que no haga más de 200 kilómetros al día, se puede comprar un eléctrico, pero con dos puntualizaciones: una, que hoy por hoy debe ser un segundo coche, y dos, que debe tener un punto de recarga en el domicilio.¿Qué opinan los españoles del coche eléctrico?Cada vez están más interesados, aunque tienen ciertas cautelas. Primero la autonomía, pues les preocupan los viajes largos. También el precio, ya que al no hacerse en grandes cantidades y no tener economías de escala, es caro. Cuando el precio se acerque al modelo de combustión y se resuelvan los problemas tecnológicos, se va a producir una explosión de ventas. Pero hasta que llegue ese momento, tenemos unos vehículos de combustión buenísimos, con unas emisiones de NOX muy bajas.