María Mendiluce dirige el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBSCD, por sus siglas en inglés), una entidad sin ánimo de lucro que aglutina a 200 grandes compañías, con unas ventas combinadas de de 8,5 billones de euros y alrededor de 19 millones de empleados, entre las que se cuentan Acciona, Iberdrola o Banco Santander, entre otras. Recibe a elEconomista en la Cumbre del Clima de Madrid (COP 25). ¿Estamos en una crisis climática?Pues sí, estamos ante una emergencia climática, por dos motivos: las temperaturas han aumentado y ya están teniendo impactos importantes en el medio ambiente y en la sociedad, y no sé si el mundo será capaz de transformarse a la velocidad necesaria, y eso en sí es una crisis.¿Cuáles son los principales obstáculos para solucionarla?Hace falta ambición; los países han hecho sus planes y no están a la altura, nos llevan a un incremento de la temperatura global de 3.2º centrígrados, mientras que tenemos que contenerla en los 1,5º centígrados. Necesitamos un liderazgo político como el de la UE, que apuesta por alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.¿Qué espera de la COP de Madrid?Ha sido un éxito brutal para España, porque todo el mundo se ha quedado impresionado con la capacidad de organizar del Gobierno, de las empresas y de los ciudadanos españoles. Luego, sobre la Cumbre, hay muchas ideas y energía en la sociedad civil, pero la negociación va muy lenta. Espero que haya consenso en relación al comercio de CO2, muy importante para las empresas, porque se refiere a los mecanismos de mercado que permitirán hacer coste efectivas las reducciones de CO2.¿Habrá un mercado global de CO2?Los mercados de carbono tienen que crearse en absolutamente todos los países y luego hay que unirlos progresivamente para llegar a un mercado global. Tiene que haber un precio de CO2 para que los consumidores paguen menos por los bienes y servicios con menos emisiones; es fundamental. Pero tampoco creo que no lograrlo en estos momentos sea una barrera para avanzar. ¿Cuál es el papel de la empresa en la negociación climática?El WBSCD tiene 25 años, los mismos que la primera COP, y desde entonces acudimos a las Cumbres. En este tiempo, las empresas han cambiado; había un sector que era muy defensivo y nosotros nacimos para traer una imagen más positiva, de oportunidad, y ese mensaje, que era tímido en los años 90, ha ido creciendo y después de la Cumbre de París es un mensaje muy claro.¿Una imagen más positiva?Hace diez años las empresas esperaban "a ver qué regulación me pones y entonces actúo"; pero ahora no; ahora dicen que "estoy actuando, y para actuar más, para que pueda ir más rápido, cambia esta regulación, por favor".¿A qué se debe ese cambio?Se han dado cuenta de que los países y las empresas que lideren la lucha climática tendrán una ventaja competitiva. Las empresas van a crear los nuevos sistemas del futuro y serán las primeras en tomar posiciones en el nuevo mercado.¿Qué tipo de inversión prefieren?Las empresas tienen que saber cuál es su huella de carbono, que suele responder a cuatro áreas: energía, materiales y procesos industriales, transporte y agricultura. Y yo diría que la economía circular y las renovables son las estrategias ganadoras, con mucho recorrido.¿Y qué ocurre con las pymes?El calentamiento afecta a todas las empresas, de todos los tamaños, y tenemos que enseñar a las pequeñas, que no tienen tantos medios, que deben ser parte de este cambio y no quedarse atrás. A ello contribuyen las grandes compañías; en el WBSCD hay un grupo selecto que tienen compromisos de emisiones que afectan a proveedores y clientes. Y esto va a obligar a todas las empresas a ponerse las pilas.¿Cómo ve las empresas españolas?En estos días hay que señalar que ha habido un apoyo masivo a la organización de la COP 25 y las empresas españolas han sacado sus mejores planes. Realmente están haciendo un esfuerzo muy importante, en todos los campos. Tenemos unas cuantas en WBSCD y nos gustaría tener más.