La aerolíneas reclaman el Cielo Único Europeo para reducir las emisiones y hacer rutas más cortasEl sector aéreo está en el punto de mira de la lucha contra el cambio climático. El movimiento liderado por la adolescente Greta Thunberg aboga por dejar de usar el avión para viajar y no duda en llamar a un boicot a las aerolíneas bajo el eslogan Vergüenza de volar, mientras que los distintos gobiernos europeos estudian aumentar la presión fiscal sobre el sector para "compensar las emsiones" que genera su actividad. Así, países como Holanda, Francia, Bélgica o Alemania están anunciando medidas para desincentivar el transporte aéreo aprobando importantes subidas de impuestos y presionan para que otros países europeos tomen la misma senda. La UE persigue alcanzar la neutralidad de emisiones en 2050 y para ello busca reducir de forma drástica el impacto ambiental de la aviación comercial. Entre las medidas que se han puesto sobre la mesa destaca la idea de gravar el combustible para aviones, que está exento desde 1944. En mayo de este año salió a la luz un informe de la Comisión Europea que señala que poner fin a las exenciones fiscales del queroseno reduciría las emisiones de CO2 del sector aéreo en 16,5 millones de toneladas al año. Según un estudio de Transport & Enviroment (T&E), aplicar un impuesto al combustible a través de los precios de los billetes supondría una reducción de la demanda de entre el 3 y el 19 por ciento en función de la distancia. "En lugar de poner nuevos impuestos ambientales que encarecerían los vuelos, los políticos deben apoyar que se reduzcan las ineficiencias del espacio aéreo europeo y promover la financiación de soluciones innovadoras que ya están en desarrollo", aseguran desde Airlines For Europe (A4E). Y es que, las 15 aerolíneas europeas que forman parte de la patronal señalan que ya pagan más de 5.000 millones al año entre derechos de emisión de CO2 (ETS) y las ecotasas impuestas por países como Reino Unido, Francia o Alemania, sin que esto se haya traducido en la puesta en marcha de proyectos reales por parte de los gobiernos para reducir o neutralizar las emisiones. Así, entre las medidas que el sector aéreo promueve para reducir las emisiones de CO2 e incrementar la eficiencia, destaca la puesta en marcha del Cielo Único Europeo (SES, por sus siglas en inglés). "La tecnología para unificar la gestión del espacio aéreo está lista. Es una cuestión de voluntad política. Los Estados no quieren perder parte de la soberanía del espacio aéreo y los agentes sociales se muestran reticentes porque consideran que se perderán puestos de trabajo y habrá deslocalizaciones", explica Javier Gándara, presidente de ALA. En este punto, Luis Gallego, presidente de Iberia, reclamó en una conferencia que los políticos tomaran las medidas necesarias para reducir la ineficiencia del sector en vez de pensar en más impuestos. "Aprobar el Cielo Único Europeo haría que las rutas fueran un 10 por ciento más eficientes y se reducirían las emisiones del CO2", señaló el primer espada de la compañía. Y es que, según explican Gándara y Gallego, la fragmentación del espacio aéreo obliga a los aviones a volar en zig-zag, lo que implica trayectos más largos (añade 42 km. a la distancia de un vuelo), más tiempo en ruta, más consumo de combustible, más emisiones y más retrasos. "Si los aviones pudieran volar en línea recta el sector dejaría de emitir 10 millones de toneladas de CO2 al año, que es lo que genera Ryanair durante un año de actividad", señala el presidente de ALA. En concreto, el último informe elaborado por Eurocontrol, la EASA y la Agencia Europea de Medio Ambiente, señala que las ineficiencias del espacio aéreo generan un 5,8 por ciento más de CO2, emisiones que se podrían eliminar si los aviones "volaran sin obstáculos en sus trayectorias". Y es que, con el sistema actual, los aviones tienen que pasar por los proveedores nacionales, lo que implica desviarse. Un solo proveedorAdemás de para reducir las emisiones de CO2, las aerolínea también reclama un espacio aéreo unificado (con un solo proveedor) para aumentar el número de vuelos que puede operar (tener potencial de crecimiento), reducir los costes y, sobre todo, acabar con los retrasos, que han supuesto un gran problema en los últimos tres años. "La red europea puede acomodar 15,7 millones de vuelos, un 50 por ciento más, con retrasos por debajo de los 0,5 minutos por vuelo", asegura la CE en una resolución en la que señala que la fragmentación de espacio aéreo, que es parte del mercado único, genera quema de combustible adicional y mayores niveles de emisiones". Las emisiones de carbono de la aviación comercial en Europa han crecido un 15,9 por ciento, hasta los 163 millones de toneladas al año, entre 2005 y 2017. Un periodo en el que el número de pasajeros transportados ha crecido el 50,3 por ciento y el combustible de los aviones se ha reducido en un 23,9 por ciento.