El borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima prevé la instalación de 5 GW de potencia termosolar hasta 2030, más del doble de los 2.303 MW actuales. La principal razón para ello no es su coste de generación –en los mejores casos ronda los 70 euros por MWh– sino su capacidad de modular la producción y sustituir rápidamente la caída de la generación fotovoltaica al atardecer o las fuertes oscilaciones de la eólica, aportando seguridad al sistema eléctrico.A esa gestionabilidad –que el Gobierno prevé primar en las próximas subastas para renovables– hay que añadir su capacidad para almacenar energía. La patronal del ramo, Protermosolar, subraya que el coste del almacenamiento con sus sistemas de sales fundidas ronda los 45 euros por kWh, mientras que las aplicaciones con baterías ascienden a 10 veces más y con una vida útil muy inferior. De acuerdo con sus cálculos, una flota de 20 GW termosolares puede dar la misma capacidad de almacenamiento que 40 GW de bombeos hidráulicos, "unas 20 centrales como La Muela", en palabras de su presidente, Luis Crespo. A la espera de ver cómo evolucionan las necesidades del sistema eléctrico y los costes de la tecnología durante los próximos años, el Idae considera que la presencia de la termosolar en el mix de 2030 puede ser mayor de lo previsto actualmente.