El sector del gran consumo empieza a alertar de una desaceleración económica. Una encuesta realizada por la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores Aecoc, a más de mil directivos, bajo el título de La voz del gran consumo, revela que el 77 por ciento de ellos considera que la situación económica es ahora peor que hace seis meses. Solo el 19 por ciento piensa que ésta es más o menos igual; y tan solo un exiguo 3 por ciento cree que es mejor. Pese a ello, el 76 por ciento de los encuestados prevé cerrar su negocio en 2019 en positivo, aunque con un crecimiento muy contenido para el 40 por ciento de los encuestados, que cree que su negocio solo crecerá entre un 0 y un 5 por ciento. El 36 por ciento piensa que su facturación subirá por encima de ese porcentaje; el 13 por ciento que se mantendrá estable y el 10 por ciento que sus ventas decrecerá. Durante la ceremonia de apertura del congreso anual de Aecoc, celebrado en Bilbao los pasados 23 y 24 de octubre, su presidente, Javier Campo, advirtió ya que el consumo en España solo crecerá un 1,8 por ciento durante este año y que durante el próximo ejercicio el porcentaje todavía será menor, puesto que únicamente se incrementará un 1,3 por ciento. Para Campo, la razón es que "se está deteriorando la visibilidad de las familias sobre el futuro y están aumentando su ahorro preventivo". Según estimaciones de Aecoc, reveladas por Campo, "este año vamos a crecer en torno al 2 por ciento y para el año que viene la previsión es hacerlo en torno al 1,6 por ciento". Situación empresarialA la pregunta de si consideran que la situación de su empresa es hoy mejor o peor que seis meses atrás, el 46 por ciento de los directivos encuestados por Aecoc afirma que es más o menos igual; el 37 por ciento que es mejor y el 18 por ciento que es peor. La encuesta se realizó poco antes de la celebración de las elecciones generales, pero en opinión de los encuestados, lo que más lastra la competitividad de las empresas es la inestabilidad política (29 por ciento de los consultados), además del déficit de talento cualificado para abordar los nuevos retos (17 por ciento); la falta de unidad de mercado (15 por ciento); un marco regulatorio adverso (11 por ciento). Para el 48 por ciento de los consultados, la falta de reformas estructurales es el principal freno a nuestro crecimiento económico como país. Aecoc, que la mayor organización empresarial de gran consumo, con más de 30.000 empresas asociadas, ha lanzado ante todo esto un mensaje claro. "España, y todo el sur de Europa, corre un riesgo alto de japonizarse y de que la economía se estanque durante años, con un crecimiento potencial por debajo del 1 por ciento", aseguró su presidente, Javier Campo, durante la inauguración de su congreso en Bilbao. Campo reclamó una reforma del sistema de pensiones, prolongar la edad de la jubilación, fomentar la entrada de inmigrantes cualificados, promover la formación dual y afrontar una reforma de la ley electoral para facilitar las mayorías parlamentarias necesarias para constituir los Gobiernos. El directivo se mostró contundente al asegurar que "la población de más de 65 años representa el 30 por ciento del total activo, pero es que en 12 años será el 50 por ciento y estaremos en la misma situación que Japón". En su opinión, eso va a provocar tensión en el sistema de pensiones, por lo que es necesario actuar cuanto antes."Cuando una población envejece, el entorno se vuelve deflacionista, porque necesita menos recursos y una bajada de tipos de interés, que puede reactivar la economía en una situación normal, no tiene en este caso ningún efecto", aseguró. Subidas fiscalesA la espera de que se constituya un nuevo Gobierno tras el pacto de coalición de izquierdas firmado entre el PSOE y Unidas Podemos, para el presidente de Aecoc que los partidos políticos traten de afrontar esta situación con subidas de impuestos, incrementos de salarios o aumento del gasto público "no es nada más que pan para hoy y hambre para mañana. Son parches. Lo que hay que hacer es afrontar las reformas necesarias".Aecoc no ha dudado en mostrar también su preocupación en las últimas semanas por el clima de violencia permanente que se está viviendo en Cataluña. "El problema no es la caída puntual de las ventas del comercio y la hostelería en Cataluña, como consecuencia de los disturbios, el problema real es la imagen que se está proyectando y el daño que se está haciendo en este sentido. Si no se consigue parar la violencia, las empresas van a frenar las inversiones", aseguraron tanto Javier Campo como José María Bonmatí, director general de la organización empresarial de gran consumo.