elEconomista ha seguido desde el principio y de manera minuciosa el escándalo de espionaje que ha llevado al magistrado de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, a imputar al expresidente de BBVA, Francisco González (FG), por los presuntos delitos de cohecho y descubrimiento y revelación de secretos. Este periódico informó desde el principio, y nueve meses antes de su imputación, que el juez buscaba estrechar el círculo sobre el que fue presidente del banco durante veinte años. De hecho, el pasado 14 de febrero, apenas un mes después de que este diario publicara que BBVA encargó a Villarejo abortar el asalto de Sacyr al banco, informó de que García Castellón ponía a FG en la diana e investigaba su relación con el excomisario de policía, José Manuel Villarejo. elEconomista dio cuenta de un auto del magistrado en el que señalaba que estaba investigando la implicación que tuvo "el entonces presidente" en el escándalo de espionaje. El entonces presidente honorario del banco aguantaba en la entidad y guardaba silencio. Sin embargo, el 13 de marzo, este periódico publicó que BBVA también encargó a Villarejo espiar al constructor Fernando Martín. Al día siguiente, 14 de marzo, y un día antes de la junta de accionistas, FG abandonó todos sus cargos. El 1 de abril, elEconomista informó de nuevas conversaciones del caso, que revelaban que FG fue quien ordenó al equipo jurídico del banco contratar al excomisario de policía para realizar las investigaciones a Fernando Martín y al expresidente de Colonial, Luis Portillo. El magistrado comunicó las primeras imputaciones en julio, estrechando más el cerco sobre FG. Finalmente, el banquero podrá demostrar su voluntad por colaborar con la Justicia el lunes 18, fecha en la que está citado a comparecer.