BBVA defiende a los directivos del banco que han sido imputados en el caso Villarejo. Desde la entidad aseguran que el grupo financiero "no prejuzga" los hechos y actúa siempre siguiendo los procedimientos internos establecidos en base a los hechos contrastados. "Además, la condición de investigado no implica de ninguna manera que se haya realizado una acusación formal por ningún delito", aseguran tras conocerse ayer que el juez de la Audiencia Nacional que instruye la trama de espionaje, Manuel García Castellón, ha imputado a Juan Asúa, consejero principal del actual presidente de la entidad, Carlos Torres. Desde BBVA aseguran que la investigación judicial avanza y "así tiene que ser". Sin embargo, la respuesta del banco ante otros implicados en el caso de espionaje ha sido distinta. Tanto en el caso de Eduardo Arbizu, exjefe de servicios jurídicos de la entidad, como en el de Antonio Béjar, exdirector del área de Inmobiliario, el banco optó por destitirlos. BBVA no achacó de forma oficial la salida de Arbizu a la trama, pero la marcha de Béjar la justificó como consecuencia de la investigación interna llevada a cabo por el grupo financiero. Desde la entidad siempre han señalado que BBVA está dispuesto a colaborar con la Justicia. El pasado 29 de julio, el presidente Carlos Torres aseguró que la prioridad del banco "es el esclarecimiento de los hechos y la colaboración con la justicia y así seguirá siendo". Asimismo, el banco siempre ha seguido la pauta de que es una parte perjudicada por el escándalo de espionaje y trató de personarse como tal en la causa, intención que el magistrado rechazó este verano. Por su parte, el consejero delegado del banco, Onur Genç, aseguró hace dos semanas en la presentación de resultados del tercer trimestre del grupo que la trama no tiene un impacto reputacional en BBVA, contradiciendo sus declaraciones de tres meses antes.