El letón Andris Piebalgas, excomisario europeo de Energía, llega a España invitado por la Fundación Naturgy y responde a las preguntas de elEconomista muy deprisa, incluso atropelladamente, como si temiese olvidar algo importante.Usted es uno de los padres del 20-20-20. ¿Ha merecido la pena?Sí. Ha sido un éxito. Hemos conseguido la mayoría de los objetivos, ahora que estamos muy cerca de 2020. Diseñamos varias estrategias sobre seguridad de suministro, competitividad y sostenibilidad, y ha habido un cambio sustancial en un mercado que no funcionaba bien: hay cierta homogeneidad en toda la UE, hay más interconexiones, se ha diversificado el suministro de gas ruso, con gas de EEUU y pronto de Azebaiyán... No lo teníamos claro cuando empezamos.¿Qué opina de los nuevos objetivos para 2030?El éxito político consiste en que tu sucesor continúe en la línea política que tú has iniciado. Tengo que decir que las estrategias energéticas han tenido éxito, porque nuestros sucesores han seguido nuestro razonamiento, solo han aumentado la ambición en renovables, eficiencia y CO2. ¿No encuentra novedades?Hay nuevos elementos que se centran en las mismas herramientas para lograr sostenibilidad, como el nuevo mercado, que permite más renovables y da muchas más oportunidades a los consumidores para ser productores: hay comunidades energéticas, hay más flexibilidad con la gestión de la demanda y otros elementos que permiten cambiar el mercado eléctrico.¿Y los planes de la nueva Comisión?Ha puesto la lucha contra el cambio climático como una prioridad absoluta. Tenemos una estrategia bien elaborada, también para otros sectores, como el agrícola. Aún no hay muchos detalles de la legislación, pero creo que conseguirá la neutralidad climática para 2050.¿Qué es lo que más destaca?Que asegure que la transición energéticas sea justa, que nadie salga perdiendo. También extender el precio del carbono a la construcción y el transporte, y la imposición de un ajuste transfronterizo del carbono, de tal manera que si tú exportas a un país que no tenga las mismas regla, tengas un reembolso y que el precio del carbono esté reflejado en el precio final. ¿No está muy sola la Unión Europea en materia climática?Eso es lo que pienso. Los cambios sustanciales de China se dan porque ha reducido mucho el uso del carbón y ha potenciado las renovables, pero si vemos otras economías, como EEUU, Arabia Saudí o Rusia, los cambios en el mix energético no han sido importantes; están usando más gas, pero no veo que hayan dado unos pasos extraordinarios, como la UE. ¿Qué se puede hacer?Una de las cosas que se tienen que hacer para que estos países cambien sus estrategias es que las inversiones en renovables sean más dinámicas. En EEUU las renovables han crecido un 11 por ciento, pero podría ser mejor. La actual Administración no está a favor, pero le convendría tener más renovables en el mix, igual que a Rusia o a Arabia Saudí. Las renovables son muy baratas y no hay que subsidiarlas.Y la UE, ¿puede hacer algo?Si nosotros estamos dispuestos a ayudarlos, ellos también cambiarán; la UE es un gran conjunto de consumidores y todos quieren llegar al mercado europeo. Si proporcionamos un mercado para productos verdes, puede llevar a nuevos desarrollos. ¿Van a ir a peor las cosas?Creo que sí, porque hay muchas tensiones geopolíticas. Por ejemplo, en Oriente Medio hay muchas interferencias. La participación de EEUU en temas de seguridad y resolución de problemas globales está desapareciendo. Luego vemos las ambiciones políticas de Rusia o China... Básicamente.están intentando decir al resto del mundo que la democracia no es el único modelo. ¿Diremos adiós al petróleo?Tenemos que reducir el uso del carbón y los combustibles fósiles, pero hay muchos países que son grandes productores y esto les preocupa, y será difícil. Es sabio que inviertan parte de lo que ahora ganan con los combustibles fósiles en otras industrias, que compensen lo que pierdan en un futuro; a lo mejor pueden avanzar en inteligencia artificial o tecnología de almacenamiento. Rusia es un ejemplo.¿Rusia, un ejemplo?Rusia está expresando su ambición de ir hacia una energía más verde y le dice a la UE que si le damos un mercado para el hidrógeno, ellos nos suministrarán ese tipo de energía; creen que podrán producirlo porque tienen la tecnología y los gasoductos que pueden utilizar el hidrógeno. No sé hasta qué punto los rusos son sinceros, pero por lo menos es algo que anima. ¿Habrá justicia en el proceso? El mismo debate que tenemos en la UE sobre la transición justa se va a producir también a nivel mundial, es decir, cómo se puede considerar una transición justa si tú has estado contaminando durante muchos años y ahora de repente nos quitáis los medios para dar bienestar a nuestros ciudadanos. Pero, desde un punto de vista positivo, si los países aceptan las nuevas tecnología, pronto tendrán muchas oportunidades. ¿Cómo ve a España?Cuando era comisario era un referente; vine aquí para ver el desarrollo fotovoltaico y termosolar. En cuanto a gas natural licuado, está muy bien y respecto a los objetivos de 2020 y 2050 puedo decir que España está a la cabeza.