"Esta vez, sí o sí, vamos a conseguir un Gobierno progresista". Así se manfestó ayer Pedro Sánchez en la sede de Ferraz, tras la victoria electoral registrada por su partido. De este modo, el socialista abre la puerta a formar un Ejecutivo con el espectro más radical de la izquierda. Así, con los resultados de ayer, Unidas Podemos (UP), Más País y PSOE sumarían 158 escaños y necesitarían 18 apoyos más para una investidura de Sánchez en una primera convocatoria –que requiere mayoría absoluta–, en la que serían decisivos, pero no suficientes, los 10 escaños obtenidos por Ciudadanos en su mayor debacle electoral. El resto, hasta 176 escaños, quedarían al albur de las posibles negociaciones y condiciones demandas por grupos como ERC o PNV. No obstante, en una ulterior investidura sólo necesitaría obtener más síes que noes. Así, los resultados electorales dejan un escenario incierto, ya que no suma una mayoría absoluta ni el bloque de la izquierda ni el de la derecha. Por lo tanto, el bloqueo político persiste tras el 10-N y se erige como una amenaza para la economía española, en pleno proceso de una desaceleración constatada por los organismos internacionales y los principales servicios de estudios pero minimizada, e incluso ignorada, por el Ejecutivo socialista en funciones. Así pues, el desgobierno se vuelve aún más enrevesado tras las elecciones generales del 10-N con unos resultados que pueden ensombrecer aún más unas perspectivas económicas poco halagüeñas en plena desaceleración y con unos Presupuestos prorrogados que fueron aprobados en 2018. El PSOE consigue un resultado inferior al del 28 de abril. Con el 99,74 por ciento escrutado los socialistas consiguen 120 escaños (viene de 123) y se dejan más de medio millón de votos. Los de Pedro Sánchez pasan de un 28,67 a un 28 por ciento cuando su intención primera era coger más resuello el 10-N. Tras los socialistas, en unos comicios en los que la participación ha bajado del 75,75 por ciento al 69,88 por ciento se sitúa el PP, con 87 escaños (viene de 66). Los de Pablo Casado suben más de medio millón de votos y pasan de un 16,69 por ciento a un 20,81 por ciento.Completa el podio Vox, que sube a tercera fuerza y cosecha 52 diputados frente a sus 24 de abril. Los de Santiago Abascal se convierten en los grandes triunfadores de la noche electoral, confirmando la tendencia que indicaban las encuestas. Vox pasa de un 10,26 por ciento a un 15,09 por ciento y gana casi un millón de votos respecto a abril.Fuera del podio el gran titular lo da Ciudadanos, que ratifica también el descalabro del que hablaban los sondeos. Los naranjas consiguen 10 diputados frente a los 57 conseguidos en abril. Los de Albert Rivera pagan no haber sido más pactistas después del 28-A y desaparecen literalmente de varias comunidades como Castilla y León. Ciudadanos se deja atrás dos millones y medio de votos y se desploma de un 15,86 a un 6,79 por ciento. Así, Rivera ha reeditado en las urnas la pérdida de apoyos recientemente vivida en sus propias filas y concretada en el abandono de varios integrantes de la cúpula del partido.Cuarta fuerza es Unidas Podemos, que consigue sumar 35 escaños frente a los 42 de primavera.Se constata, pues, el castigo de las urnas a los partidos que no cooperaron para formar Gobierno: Cs y Unidas Podemos. Por delante de Cs se sitúa ERC, que logra 13 diputados frente a los 15 de abril. Completan la terna JxCat (8 diputados), PNV 7, EH Bildu 5, Más País-Compromís 3 con entrada de Íñigo Errejón al hemiciclo, Coalición Canaria-Nueva Canarias 2, CUP 2, Navarra Suma 2 y BNG, PRC, Teruel Existe y Coalición por Melilla 1 cada uno. La presencia de los antisistema catalanes introduce en la Cámara Baja más tensión y supone un salto cualitativo en la política de más o menos radicalización que quisieran llevar a cabo los otros independentistas.No se antoja fácil la gobernabilidad de España con estas cifras. Pedro Sánchez, pese a conseguir un escaño más, pierde opciones por la izquierda al perder Pablo Iglesias más asientos –serían aún más necesarios los nacionalistas e independentistas al clavarse la izquierda en 158–, y con Rivera, con el que en abril sumaba 180 escaños y ahora no llegarían a 140. De este modo, el perdedor de la noche –Ciudadanos– se convertiría, con sus diez escaños, en una suerte de bisagra para el Gobierno progresista que busca Sánchez.Tampoco cuaja la suma de la derecha, ya que la suma de PP, Vox y Ciudadanos, pese a la considerable subida de los dos primeros, supera por poco los 150 diputados.Un escenario que se ha deslizado en los últimos meses es algún tipo de colaboración entre PP y PSOE, no tanto una Gran Coalición con ministros de ambos partidos como una abstención de los de Pablo Casado al estilo de la de los socialistas con Mariano Rajoy en 2016.La repetición electoral deja multitud de víctimas y un escenario político más fragmentado aún cuando la crisis en Cataluña vuelve a vivir un punto acuciante tras la sentencia del procés y la situación económica presenta nubarrones con la citada desaceleración como realidad palpable.La participación cae 2 puntosLa participación en las elecciones generales de este domingo ha marcado un porcentaje del 69,88 por ciento, dos puntos por debajo de la alcanzada en los comicios del pasado 28 de abril. La abstención, por tanto, ha alcanzado el 30,12 por ciento, la sexta más alta de la democracia. De las 15 elecciones generales que se han celebrado en España desde la Transición, las de este 10-N se quedan en el décimo puesto en cuanto a participación del electorado, por tanto la cifra que se ha registrado es una de las más bajas.